El 26 de noviembre de 2024, una noticia alarmante comenzó a recorrer las calles de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa. Francisco Javier Verastica Muñoz, comandante de la Policía Estatal de Sinaloa, había desaparecido en circunstancias misteriosas tras salir de su turno de trabajo. Este hecho, aparentemente simple al principio, rápidamente se convirtió en una trama de intriga que captó la atención de medios nacionales e internacionales, dejando una gran inquietud entre la población.
La desaparición: un hecho inexplicable
Según la denuncia realizada por su hija, Verastica Muñoz salió de las instalaciones de la Policía Estatal de Sinaloa a las 07:45 horas, después de terminar su jornada laboral. A bordo de su vehículo, un Nissan Sentra 2018 de color blanco, el comandante se dirigió a su hogar, pero nunca llegó a su destino. Este hecho no fue notificado de inmediato debido a que su familia intentó comunicarse con él varias veces sin éxito, lo que despertó la preocupación en su círculo cercano.
Pasaron casi 24 horas hasta que las autoridades confirmaron públicamente que Francisco Javier Verastica Muñoz había sido secuestrado mientras disfrutaba de su día de descanso. La noticia fue divulgada en una rueda de prensa por Gerardo Mérida Sánchez, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Sinaloa, quien detalló que el comandante había sido privado de su libertad en circunstancias aún no esclarecidas.
Un operativo de búsqueda a gran escala
Tras la confirmación de su desaparición, las autoridades locales pusieron en marcha un operativo urgente para dar con el paradero del comandante. La familia de Verastica Muñoz había presentado una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, y los operativos se intensificaron para rastrear su paradero. A pesar de los esfuerzos, la angustia crecía entre los seres queridos del comandante, quienes no entendían cómo alguien con un expediente limpio y reconocido por su buen desempeño laboral podía ser víctima de un acto tan violento.
Un incidente que resalta la violencia en Sinaloa
La desaparición de Francisco Javier Verastica Muñoz no es un hecho aislado. Apenas unos días antes, el 21 de noviembre, otro agente de la Policía Estatal, Juan Alberto «N», también fue secuestrado en la sindicatura de Higueras de Abuya, en Culiacán. Este trágico hecho ocurrió en el contexto de una fiesta familiar, donde además de Juan Alberto, su hermano y su padre fueron secuestrados por un grupo de civiles armados, quienes también asesinaron al padre de los agentes.
La creciente violencia en Sinaloa ha generado un clima de incertidumbre y miedo tanto en los ciudadanos como en los agentes encargados de la seguridad pública. La noticia de la desaparición de un comandante de la Policía Estatal solo aumenta la sensación de vulnerabilidad entre quienes luchan a diario contra el crimen organizado en la región.
¿Qué sabemos sobre el secuestro?
El comandante Verastica Muñoz era un hombre respetado dentro de la corporación, con un historial impecable en su carrera y sin conflictos previos dentro de su equipo de trabajo. Las autoridades de Sinaloa han confirmado que no existían antecedentes de amenazas ni de disputas laborales en su contra. Por lo tanto, el motivo detrás de su secuestro sigue siendo un misterio.
En su último día de servicio, Verastica Muñoz salió de las instalaciones de la Policía Estatal con su uniforme y equipo de trabajo, incluyendo una cadena de oro con medalla de San Benito, un distintivo personal que, según algunos expertos, podría haber tenido alguna relevancia en su desaparición. La incertidumbre sobre los motivos detrás de este secuestro pone en evidencia las complicaciones de la seguridad en Sinaloa y otras regiones del país, donde el crimen organizado sigue siendo una amenaza latente.
La respuesta de las autoridades
El gobierno del estado ha manifestado su compromiso con la investigación, reiterando que todos los esfuerzos están orientados a esclarecer este caso lo más pronto posible. Las autoridades han instado a la ciudadanía a mantenerse alerta y a colaborar con la investigación en caso de que posean información relevante sobre el paradero del comandante.
La desaparición de Francisco Javier Verastica Muñoz es solo un ejemplo más de la violencia que afecta a las instituciones de seguridad pública en México, un recordatorio de los riesgos a los que se enfrentan aquellos que luchan contra el crimen organizado. La respuesta de la sociedad y las autoridades será crucial para dar con los responsables y garantizar que este tipo de eventos no se repitan.
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