En la Costa de Oaxaca, una tragedia ha dejado a una comunidad sumida en el dolor, la incertidumbre y el miedo. El 7 de enero de 2025, 14 jóvenes, entre ellos Julio Alberto Quiroz de 18 años, desaparecieron mientras viajaban desde la capital de Oaxaca hacia Puerto Escondido. Sin embargo, lo que parecía ser una desaparición más en la región, se ha transformado en una historia de extorsión, amenazas y una lucha por hacer justicia en medio de la desesperación.
Familiares de las víctimas denuncian que los involucrados en este caso fueron objeto de amenazas para que no denunciaran, y algunos de ellos incluso recibieron extorsiones por parte de quienes intentan silenciar las denuncias. A continuación, analizamos cómo se desarrollaron estos hechos y qué dicen las autoridades y los afectados sobre la situación.
La Desaparición de los 14 Jóvenes
La noticia de la desaparición de los 14 jóvenes comenzó a extenderse rápidamente, provocando indignación en todo el país. Mónica, familiar de Julio Alberto Quiroz, es una de las voces que ha alzado la protesta. Según ella, desde que los jóvenes fueron reportados como desaparecidos, varios de los familiares han recibido amenazas directas para que no hicieran denuncias o publicaciones en redes sociales.
«Nos dijeron que no habláramos, que no hiciéramos público el caso, porque si lo hacíamos, las consecuencias serían peores», relató Mónica en entrevista para Radio Fórmula. Mientras tanto, otras personas han optado por guardar silencio, temiendo que las amenazas pudieran materializarse en violencia contra sus seres queridos.
El Miedo y la Extorsión en Oaxaca
A lo largo de los días posteriores a la desaparición, algunos familiares recibieron amenazas de extorsionadores que pedían grandes sumas de dinero a cambio de no hacer públicas las denuncias o para evitar que los casos llegaran a instancias mayores. Según Mónica, los extorsionadores pedían montos que rondaban los siete mil pesos para «silenciar» las denuncias.
Estas extorsiones revelan una cruda realidad en muchas comunidades mexicanas, donde el miedo a represalias por denunciar se convierte en una constante para las familias de las víctimas. El panorama se complica aún más cuando las autoridades locales se ven obligadas a intervenir, mientras algunos de los afectados prefieren mantenerse en silencio, evitando poner en riesgo a sus familias.
Autoridades: Diferentes Versiones y Procedimientos
Por otro lado, las autoridades estatales han activado los protocolos de búsqueda para localizar a los jóvenes desaparecidos. La Fiscalía de Oaxaca, sin embargo, solo ha reconocido seis casos oficialmente, a pesar de que los familiares sostienen que son 14 las personas que fueron secuestradas.
María Luisa Rodríguez Betanzos, madre de José Miguel Vásquez Rodríguez, uno de los jóvenes desaparecidos, ha solicitado desesperadamente ayuda a través de los medios de comunicación, pidiendo que se intensifiquen los esfuerzos para encontrar a su hijo.
«Mi hijo está desaparecido desde el 7 de enero, y necesitamos que las autoridades tomen cartas en el asunto. Nos sentimos desamparados», dijo María Luisa.
Las autoridades han confirmado que los primeros informes sobre las desapariciones fueron recibidos entre el 11 y 13 de enero, pero se han encontrado con la dificultad de que algunos familiares no se han presentado a denunciar, ya que temen represalias.
El Contexto Social de las Desapariciones en Oaxaca
El caso de los 14 jóvenes desaparecidos en Oaxaca no es un hecho aislado. En las últimas décadas, la desaparición forzada de personas ha sido una de las tragedias más persistentes en el sur de México. Las regiones más afectadas, como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, son conocidas por su alta violencia y la presencia de grupos criminales que operan sin control. Las autoridades luchan contra el crimen organizado, pero la falta de recursos y la corrupción en muchos niveles hacen que estas situaciones sean aún más complejas de resolver.
Este caso en particular resalta el creciente fenómeno de la extorsión en zonas rurales y urbanas, donde los delincuentes buscan aprovechar el miedo de las víctimas y sus familias para lograr sus fines. En este contexto, la presión sobre las víctimas y sus seres queridos para mantener el silencio solo agrava una situación que ya es desesperante.
¿Qué pueden hacer las autoridades?
Las autoridades deben garantizar que se investigue a fondo la desaparición de estos jóvenes, sin dejar de lado las amenazas y extorsiones que los familiares están enfrentando. Es imperativo que se active una respuesta más firme contra la extorsión y se brinden garantías para que los testigos y denunciantes puedan expresar sus relatos sin temor a represalias.
La Fiscalía debe garantizar que todos los casos sean investigados, independientemente de las versiones contradictorias, y brindar protección a los familiares para que puedan buscar justicia sin vivir bajo la constante amenaza de violencia.
El caso de los jóvenes desaparecidos en Oaxaca es un recordatorio de los retos que enfrenta México en la lucha contra la violencia, la extorsión y la impunidad. La respuesta de las autoridades y la solidaridad de la sociedad serán claves para que los responsables de este acto sean llevados ante la justicia y las víctimas reciban el apoyo que tanto necesitan. Mientras tanto, las familias siguen esperando respuestas, luchando no solo por la seguridad de sus seres queridos, sino también por el derecho a ser escuchados.
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