La extracción de la muela del juicio es uno de los procedimientos más comunes en la odontología actual, y aunque para muchas personas puede sonar alarmante y causar mucho miedo en algunos, en realidad se trata de una medida de prevención y salud a largo plazo.
De acuerdo con el cirujano dentista Héctor Espinoza estas piezas dentales suelen ser retiradas porque no siempre encuentran el espacio suficiente para salir correctamente.
“Cuando la muela del juicio crece en una mala posición, empuja a los demás dientes, genera dolor, infecciones o incluso puede dañar las encías. En ocasiones forma quistes que afectan al hueso de la mandíbula. Por eso decimos que retirarla es, muchas veces, evitar un problema mayor en el futuro”, dijo.
El procedimiento, explicó, se realiza bajo anestesia local y con las medidas de higiene adecuadas. Sin embargo, lo que realmente define el éxito de la intervención no es la cirugía en sí, sino lo que ocurre después.
“Siempre le digo a mis pacientes: la cirugía dura una hora o quizás un poco más dependiendo de qué tan rebelde es la muela, pero la recuperación la construyes tú con los cuidados en casa.
“Si no sigues las indicaciones y los cuidados correspondientes, aumentan los riesgos de infección, hemorragia o complicaciones que suelen ser muy molestas e incómodas”, advirtió Espinoza.
El dentista explicó que los primeros días son importantes para una correcta cicatrización. En esta etapa, se inicia la formación del tejido que ocupará el lugar de la muela, lo que ayuda a prevenir molestias y facilita una recuperación correcta.
“Las primeras 24 horas son clave. Si el paciente cuida la herida, evita enjuagarse fuerte o comer cosas calientes, tendrá menos molestias y una recuperación mucho más rápida. Si no lo hace, el coágulo puede desprenderse y aparece la alveolitis, que es una de las complicaciones más dolorosas que existen en odontología”, recalcó.
Más allá del dolor, los cuidados postoperatorios impactan directamente en la calidad de vida de las personas ya que en algunos casos pueden ser muy molestos, pero una vez superado los 10 días después de la operación el panorama es más positivo.
“No es lo mismo pasar una semana tranquila, con molestias leves, que enfrentar infecciones que te lleven de nuevo al consultorio. Por eso siempre insisto: la extracción es solo el inicio, lo más importante es el cuidado después”, comentó el especialista.
¿Por qué se extraen las muelas del juicio?
- Crecen en posiciones inadecuadas y pueden empujar o dañar otras piezas dentales.
- Generan infecciones frecuentes en la encía debido a que son difíciles de limpiar.
- Provocan dolor crónico o inflamación en la mandíbula, que puede extenderse al oído y la cabeza.
- Pueden ocasionar quistes o lesiones óseas si permanecen retenidas.
- En algunos casos, alteran la mordida y la alineación de los dientes ya corregidos con ortodoncia.
- Al no erupcionar completamente, acumulan restos de comida que favorecen caries y mal aliento.
Cuidados inmediatos tras la extracción
- No consumir alimentos calientes en las primeras 24 horas para evitar hemorragias.
- Evitar enjuagues bruscos o escupir con fuerza, ya que puede desprenderse el coágulo.
- Mantener la cabeza ligeramente elevada al dormir para reducir la presión sanguínea en la herida.
- Colocar compresas frías en intervalos de 15 minutos para disminuir la inflamación.
- No hacer ejercicio intenso ni cargar peso durante al menos tres días.
- Reposar lo suficiente: el cuerpo necesita energía para cicatrizar.
- No utilizar popotes, ya que la succión puede deshacer el coágulo y causar alveolitis.
Recomendaciones adicionales para la recuperación
- Evitar fumar y beber alcohol durante al menos una semana, pues retrasan la cicatrización.
- Preferir una dieta blanda y fría: yogur, helado, puré de papa, gelatina, avena suave.
- Introducir progresivamente alimentos más sólidos después del tercer día.
- Tomar los analgésicos y antibióticos indicados por el dentista, sin suspenderlos antes de tiempo.
- Cepillarse con suavidad, evitando el área de la herida los primeros días.
- Hidratarse constantemente, pero con agua a temperatura ambiente.
- Usar enjuagues recomendados por el dentista a partir del segundo día, nunca antes.
- Asistir a la cita de revisión para retirar puntos y evaluar la cicatrización.
- Estar atento a señales de alarma: dolor que aumenta en lugar de disminuir, fiebre, sangrado abundante o mal olor en la boca.


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