En una impactante investigación realizada por The New York Times, las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas revelaron cómo el Cártel de Sinaloa ha enfocado su atención en estudiantes universitarios de química. El objetivo: reclutarlos para operar sus narcolaboratorios dedicados a la producción de fentanilo, un opioide sintético que ha devastado comunidades en todo el mundo.
A través de entrevistas y análisis, el reportaje detalla cómo los jóvenes con conocimientos especializados se han convertido en un recurso clave para el grupo criminal, especialmente desde la pandemia por COVID-19, cuando las restricciones internacionales limitaron el acceso a precursores químicos provenientes de Asia.
¿Por qué el Cártel de Sinaloa busca estudiantes de química?
El fentanilo, una de las drogas más potentes y lucrativas del mundo, requiere habilidades avanzadas para su síntesis. A medida que las autoridades internacionales han dificultado la importación de precursores químicos desde países como China, el cártel ha intensificado sus esfuerzos para sintetizar estos compuestos localmente.
Los estudiantes de química representan una oportunidad para lograr este objetivo. Su conocimiento académico permite al cártel producir lotes de alta pureza, reduciendo costos y mejorando la calidad de su producto.
Reclutamiento en universidades mexicanas
- Monitoreo de desempeño académico: Los reclutadores identifican a estudiantes sobresalientes.
- Entorno social: Analizan sus circunstancias personales para identificar vulnerabilidades económicas.
- Ofertas económicas atractivas: Los jóvenes reciben pagos iniciales de hasta $20,000 pesos mexicanos y salarios mensuales similares.
Historias de estudiantes reclutados
Un joven enfrentando la enfermedad de su padre
Un estudiante de segundo año de química, cuya familia enfrentaba dificultades económicas para tratar el cáncer de su padre, aceptó una oferta de $16,000 pesos mexicanos por adelantado y un salario mensual equivalente. Cinco días después, fue llevado a un narcolaboratorio en la sierra, donde comenzó su labor como ‘cocinero’.
La joven que buscaba ayudar a su madre
Otra estudiante, que apoyaba a su madre trabajadora de limpieza con cinco hijos, aceptó un bono de ingreso de $20,000 pesos. Decidió unirse al grupo criminal como cocinera para garantizar un sustento económico para su familia.
El riesgo detrás de la tentación económica
Aunque las ofertas del Cártel de Sinaloa pueden parecer atractivas, los riesgos para quienes aceptan son inmensos:
- Exposición a sustancias peligrosas: Los químicos manejados en los laboratorios pueden causar daños graves a la salud.
- Persecución legal: Participar en estas actividades conlleva graves consecuencias penales.
Amenazas a la seguridad personal y familiar: Una vez dentro, salir del círculo delictivo puede ser casi imposible.
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