Durante los últimos cinco días, cientos de familias en Iztapalapa y Gustavo A. Madero han tenido que racionar cada gota. Las purificadoras que solían llenar garrafones y abastecer hogares enteros se han quedado sin su principal recurso: el agua.
El cierre de pozos en el Estado de México, tras el operativo Caudal que detectó tomas irregulares, paralizó el suministro de pipas que mantenían a flote a decenas de negocios. Hoy, muchas purificadoras lucen con las cortinas abajo y letreros improvisados que advierten “sin servicio hasta nuevo aviso”.
Desabasto que golpea la economía familiar
En la colonia Segunda Ampliación Santiago, en Iztapalapa, solo una purificadora de cada diez sigue abierta. Mundo Aqua, una de las pocas sobrevivientes, enfrenta filas interminables. “Nos llegan a pedir hasta tres garrafones por familia”, comenta un empleado mientras acomoda envases vacíos.
El precio del garrafón ha subido a 25 pesos, casi el doble que en semanas anteriores. En las tiendas comerciales, el costo se ha disparado aún más. Para muchos vecinos, el agua purificada se ha convertido en un lujo.
Fernando Nájera, quien se dedica al suministro de pipas, resume la situación con una frase cruda: “El agua de la ciudad ya no sirve”. Explica que los pozos del Edomex eran la única fuente viable para purificación, pero ahora están fuera de operación.
“Descanso forzado”: historias desde la GAM
En la colonia La Joya, en Gustavo A. Madero, los triciclos repartidores descansan frente a purificadoras cerradas. Valentín Paniagua, con 17 años de experiencia entregando garrafones, confiesa que lleva tres días sin ingresos:
“Mis clientes me llaman, pero no hay agua. Dicen que esperemos dos días más, pero no sé si resistamos.”
Valentín solía repartir hasta 50 garrafones diarios, con los que apenas ganaba entre 8 y 22 pesos por entrega. Hoy, su realidad se resume en la espera.
Tlalpan subsidia pipas para enfrentar el desabasto
Ante la crisis, la alcaldía de Tlalpan implementó un programa emergente: la entrega de 465 tarjetas que subsidian hasta 90% del costo de las pipas. Las familias que antes pagaban entre 1,500 y 2,000 pesos ahora solo desembolsan 70 o 90.
La medida busca garantizar el derecho al agua en barrios y pueblos que dependen exclusivamente de pipas. Además, las autoridades informaron que se corrigieron irregularidades en la distribución, incluyendo folios falsos usados para retrasar entregas.
Una crisis que exige soluciones estructurales
El cierre de pozos en Edomex reveló una dependencia crítica: buena parte del suministro en la CDMX depende de fuentes externas. Mientras tanto, miles de familias esperan que se restablezca el servicio.
La crisis del agua no solo deja garrafones vacíos; también vacía bolsillos, paraliza comercios y pone a prueba la resiliencia de las comunidades urbanas más vulnerables.


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