El 9 de septiembre de 2024, Sinaloa se convirtió en el epicentro de una intensa confrontación interna entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: Los Chapitos y La Mayiza. Este conflicto, que persiste hasta la fecha, ha dejado una estela de violencia y ha sacado a la luz un problema alarmante: el uso de armas de fuego provenientes de Estados Unidos.
Origen de las armas: una conexión preocupante
Según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entre el 9 de septiembre y el 27 de noviembre de 2024, se decomisaron en Sinaloa 703 armas al crimen organizado: 103 cortas y 600 largas. De las 129 armas cuya procedencia pudo ser identificada, el 60.5% fueron fabricadas en Estados Unidos. Otras naciones de origen incluyen Austria, Rumanía, China, Serbia, Alemania, Italia, Bélgica, España, Brasil, Polonia y República Checa.
Este flujo de armamento desde Estados Unidos no es un fenómeno aislado. Estudios recientes indican que el 74% de las armas utilizadas por los cárteles mexicanos provienen de estados fronterizos como Arizona, California, Nuevo México y Texas. Este tráfico ilícito ha sido facilitado por la laxitud en las regulaciones y la proliferación de armerías en dichas regiones.
Impacto en la seguridad y respuesta gubernamental
La escalada de violencia en Sinaloa ha sido notable. Desde el inicio del conflicto interno hasta enero de 2025, se registraron 795 homicidios dolosos en el estado, con un promedio de 159 por mes. Esta cifra contrasta drásticamente con los 42 asesinatos mensuales reportados entre enero y agosto de 2024, evidenciando un incremento cercano al 300%.
Ante esta situación, el gobierno mexicano ha intensificado sus esfuerzos para frenar el tráfico de armas. En febrero de 2025, se desplegaron 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, con el objetivo de reforzar la seguridad y combatir el tráfico de fentanilo y armas. Este despliegue forma parte de los acuerdos establecidos entre México y Estados Unidos para abordar conjuntamente estos desafíos.
Un problema binacional: la colaboración entre México y Estados Unidos
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha enfatizado la necesidad de una colaboración estrecha con Estados Unidos para enfrentar el tráfico de armas. En una reciente conferencia de prensa, Sheinbaum destacó la importancia de investigar cómo es posible que en México se incauten lanzagranadas y otras armas de alto poder, subrayando que este tipo de armamento es de uso exclusivo del ejército en Estados Unidos. La mandataria hizo un llamado a las autoridades estadounidenses para que colaboren en la reducción del tráfico de armas hacia México.
Por su parte, el gobierno estadounidense se ha comprometido a investigar e inhibir el ingreso de armas a México. Este compromiso es crucial, considerando que se estima que anualmente se trafican alrededor de 250,000 armas desde Estados Unidos hacia México, y que el 70% de las armas encontradas en escenas de crimen en México pueden ser rastreadas hasta Estados Unidos.
La confrontación entre Los Chapitos y La Mayiza en Sinaloa no solo refleja una lucha interna por el control del narcotráfico, sino que también pone de manifiesto la problemática del tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México. Abordar este desafío requiere una colaboración binacional efectiva y la implementación de estrategias que combatan tanto la violencia interna como el flujo ilícito de armamento.
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