Un nuevo y vasto asentamiento maya, con una imponente pirámide, ha sido descubierto cerca de Chichén Itzá. Este hallazgo cambia lo que sabíamos. Conoce los detalles.
La selva de Yucatán ha cedido uno de sus secretos mejor guardados. Arqueólogos han anunciado el descubrimiento de un vasto asentamiento maya, bautizado ‘Castillo Viejo’, cerca de Chichén Itzá. El hallazgo, que incluye una pirámide de gran altura, promete reescribir la historia de la metrópoli maya.
Chichén Itzá, la maravilla del mundo moderno que atrae a millones de visitantes cada año, acaba de demostrar que aún tiene muchos misterios por revelar. Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han confirmado la identificación de un nuevo y monumental núcleo poblacional al noroeste del sitio principal, una zona que data del periodo Clásico Tardío (600 a 900 d.C.) y que está cambiando fundamentalmente la percepción que se tenía sobre la escala y complejidad de esta antigua ciudad.
Este descubrimiento no es solo un edificio más; es un complejo urbano que sugiere una organización social y política mucho más sofisticada de lo que se teorizaba, transformando nuestra visión de Chichén Itzá de un centro ceremonial a una vibrante y extensa metrópoli.
El ‘Castillo Viejo’ y su imponente pirámide
El corazón de este nuevo hallazgo, que abarca una extensión promedio de 30 kilómetros cuadrados, es una impresionante estructura piramidal. Según los arqueólogos, este edificio es uno de los tres más altos de todo Chichén Itzá, compitiendo en altura con el famoso Castillo de Kukulcán y El Osario.
A diferencia de un palacio, se trata de una pirámide con acceso escalonado y un templo superior que no había sido intervenido previamente. La existencia de una estructura de esta magnitud en un núcleo secundario sugiere que ‘Castillo Viejo’ pudo haber sido un centro de poder por derecho propio, integrado pero con cierta autonomía dentro de la gran urbe maya.
Tecnología de vanguardia para desvelar el pasado
Este avance no habría sido posible sin la aplicación de tecnología de punta. El uso de LiDAR (Light Detection and Ranging), un sistema de escaneo láser aéreo, permitió a los investigadores «ver» a través del denso manto selvático y redefinir los mapas topográficos existentes, revelando estructuras que antes eran invisibles.
Esta revolución tecnológica en la arqueología no se detiene ahí. En paralelo, otro proyecto pionero en Chichén Itzá utiliza detectores de rayos cósmicos (muones) para intentar crear una «radiografía» del interior de la pirámide de Kukulcán, en busca de cámaras secretas que se sospecha existen en su interior. La combinación de estas técnicas está abriendo una nueva era de descubrimientos no invasivos.
La red de caminos que conectaba la metrópoli
Quizás uno de los aspectos más significativos del descubrimiento de ‘Castillo Viejo’ es la identificación de nuevos Sacbés (caminos blancos) que lo conectan con el resto de la ciudad. Estos caminos elevados, construidos con piedra caliza, eran las arterias de la metrópoli maya.
«También notaron que se vincula directamente con los Sacbés (Camino blanco) en Chichén Itzá, que podrían aumentar de 102 hasta 130 con los descubiertos en el nuevo núcleo.» – José Osorio León, Director de Proyectos Arqueológicos de Chichén Itzá.
El hallazgo de hasta 28 nuevos Sacbés demuestra una planificación urbana deliberada y una integración mucho más profunda entre los diferentes barrios o núcleos de la ciudad. Esto indica que Chichén Itzá no era una colección de templos aislados, sino un sistema urbano complejo y cohesionado.
El descubrimiento de ‘Castillo Viejo’ será integrado en nuevos recorridos eco-arqueológicos, permitiendo a los futuros visitantes comprender no solo la magnificencia de los templos, sino también cómo vivía la gente común que construyó y sostuvo esta increíble civilización. Cada nuevo hallazgo nos acerca más a comprender la verdadera dimensión y el poder de los mayas.


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