En la región conocida como Cali-Baja, la cual abarca California y Baja California, las ciudades de Tijuana y San Diego representan un modelo vibrante en lo que respecta a integración económica, cultural y social. Este corredor binacional es un ejemplo de cómo la cooperación puede superar las tensiones fronterizas tradicionales, transformando desafíos en oportunidades compartidas.
El reciente encuentro Beyond Boundaries (Más allá de las fronteras), realizado el 12 y 13 de noviembre como parte de la Conferencia de Diseño Mundial, reafirmó esta visión. Por primera vez, dos ciudades fronterizas fueron sede conjunta del evento, demostrando cómo la creatividad y la innovación pueden fortalecer los lazos entre países.
Una frontera marcada por contrastes y creatividad
La relación entre Tijuana y San Diego no solo es un ejemplo de interdependencia económica, sino también un faro cultural y tecnológico. Desde la icónica Ensalada César nacida en Tijuana hasta empresas líderes como ThermoFisher y Össur, la región destaca por su capacidad de innovar y competir en el mercado global.
Además, la infraestructura fronteriza como el Cross Border Xpress (CBX), que conecta el aeropuerto de Tijuana con San Diego, y el puerto fronterizo de Mesa de Otay 2, en proceso de modernización, facilitan la movilidad de personas y mercancías, impulsando la competitividad regional.
La otra cara de la frontera: desafíos urgentes
A pesar de su potencial, Cali-Baja enfrenta retos significativos:
- Contaminación del Río Tijuana: Un problema ambiental de larga data que exige atención binacional.
- Migración y saturación poblacional: Acelerada por políticas como el programa Quédate en México.
- Presiones económicas: Amenazas como la posible imposición de aranceles por parte de una futura administración Trump.
- Revisión del T-MEC: La incertidumbre sobre la estabilidad del tratado comercial complica las inversiones en la región.
Innovación más allá de Cali-Baja
El éxito de Cali-Baja resuena en otras zonas fronterizas, como Ciudad Juárez, que se ha convertido en un centro de alta tecnología gracias a inversiones de empresas taiwanesas como Foxconn y Pegatron. Estas empresas, esenciales para el desarrollo de semiconductores, fortalecen la integración de América del Norte en el sector tecnológico.
Sin embargo, los retos ambientales y logísticos persisten, como el manejo sustentable del agua, una preocupación crítica para las comunidades fronterizas que comparten recursos naturales.
El camino hacia el futuro
Para garantizar la estabilidad y el crecimiento de regiones como Cali-Baja, es crucial adoptar políticas que valoren tanto las oportunidades económicas como la sostenibilidad. Es necesario:
- Promover un diálogo continuo entre las comunidades y los gobiernos de ambos lados de la frontera.
- Fortalecer las inversiones en infraestructura tecnológica y ambiental.
- Subrayar las fortalezas culturales y económicas de la frontera en lugar de enfocarse únicamente en los problemas.
Tijuana y San Diego son prueba de que las fronteras pueden ser puntos de unión y no de división. Más allá de los retos, el espíritu innovador y resiliente de Cali-Baja asegura que su impacto siga trascendiendo.
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