La empresa Global Construmining & Energy Projects S.A. de C.V. solicitó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la autorización ambiental para desmontar cerca de 18 hectáreas de selva en el ejido Playa del Carmen, con el fin de construir plataformas industriales destinadas al almacenamiento de materiales de construcción.
La solicitud fue ingresada el pasado 11 de junio de 2025 y forma parte de un proyecto titulado “Construcción de plataformas industriales para el almacenamiento de diversos materiales de construcción”. Para llevarlo a cabo, la compañía requiere un cambio de uso de suelo en terrenos forestales, en una superficie de 17.99 hectáreas cubiertas actualmente por vegetación de tipo selva mediana subperennifolia.
Este tipo de ecosistema, característico de la región de la península de Yucatán, se define por una vegetación densa, con árboles que alcanzan entre 15 y 25 metros de altura. La selva mediana subperennifolia se compone de especies que retienen sus hojas durante la mayor parte del año, aunque una parte de la vegetación puede perderlas temporalmente en la estación seca. Es el hábitat de una gran diversidad de fauna y flora, muchas de ellas endémicas o en riesgo y juega un papel crucial en la regulación del clima local, la captación de agua y el almacenamiento de carbono.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental presentada, el terreno que se busca transformar alberga vegetación bien conservada, lo que implica la pérdida potencial de funciones ecológicas si el proyecto es aprobado sin medidas de compensación robustas.
El proyecto no detalla aún medidas específicas de mitigación, reforestación o manejo de residuos, elementos que la Semarnat deberá evaluar con rigor antes de emitir una resolución.
En los próximos meses, la dependencia federal deberá someter a evaluación pública y técnica esta solicitud, considerando el contexto de creciente presión sobre los ecosistemas costeros de Quintana Roo. Mientras tanto, el caso vuelve a abrir el debate sobre el modelo de desarrollo que se está impulsando en el Caribe mexicano, donde el crecimiento urbano e industrial continúa avanzando sobre zonas de alto valor ecológico.


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