Nacida en 1957 en el corazón de Tepito, Delia Patricia Buendía creció rodeada de un ambiente marcado por la venta de drogas y la violencia. Desde niña, su entorno la introdujo al tráfico de marihuana y cocaína, actividades que terminarían por definir su destino.
A pesar de sus humildes inicios como empleada en la Secretaría de Educación Pública, pronto se dio cuenta de que el narcotráfico ofrecía ingresos mucho mayores. Este contraste entre la legalidad y el crimen fue el punto de partida de una vida marcada por el poder y el riesgo.
Construcción de un imperio criminal
En los años 80, Delia Patricia y su pareja se trasladaron a Nezahualcóyotl, donde fundaron el Cártel de Neza. Con un modelo de negocio único, involucró a su familia en la distribución de cocaína, convirtiendo sus operaciones en un negocio familiar.
Entre sus tácticas estaba el reclutamiento de distribuidores jóvenes y la corrupción de altos mandos policiales, lo que aseguraba la protección de su organización. Esta estrategia de alianzas la llevó a acuerdos con el Cártel de Tijuana, expandiendo sus operaciones a varios estados del país.
El poder detrás del Cártel de Neza
La estructura del cártel se sostenía sobre tres pilares:
- Redes flexibles: Los detenidos eran reemplazados fácilmente.
- Protección institucional: Logró influir en policías y jueces para eliminar competidores.
- Violencia estratégica: No dudaba en ordenar asesinatos de rivales y funcionarios que le estorbaban.
Para finales de los 90, Buendía controlaba más de 500 puntos de venta de drogas y generaba ingresos semanales de hasta 5 millones de pesos, lavados a través de negocios legales como autolavados y la famosa Arena Neza.
El inicio del fin: su captura en 2002
El asesinato de altos mandos policiales marcó el principio de su declive. En un operativo en agosto de 2002, fue arrestada junto con su familia y condenada a 60 años de prisión. Aunque su captura desarticuló el Cártel de Neza, dejó un vacío que grupos emergentes como La Unión Tepito aprovecharon.
El legado de ‘Ma Baker’ en el crimen organizado
La influencia de Delia Patricia perdura a través de sus descendientes. En 2023, su hija Norma Patricia fue detenida liderando una célula criminal, y en 2024, Marcela Gabriela ‘B’, conocida como ‘La Gaby’, fue arrestada por su participación en La Unión Tepito, reforzando la conexión entre el legado de su madre y el crimen organizado actual.
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