La naturaleza guarda secretos que a veces emergen a la superficie en los momentos menos esperados. Esta vez, fueron dos peces remo —una especie marina enigmática y difícil de avistar— los que sorprendieron a habitantes y expertos en Baja California Sur. El hallazgo, documentado por el naturalista René Villanueva, generó inquietud no solo por lo inusual del avistamiento, sino por las creencias ancestrales que vinculan a esta criatura con terremotos y tsunamis.
Un encuentro inesperado y doloroso
René Villanueva compartió a través de su cuenta de TikTok el momento en que descubrió a dos ejemplares de Regalecus glesne, conocidos como peces remo, heridos y agonizantes a escasos metros de la playa. Junto a la bióloga marina Fernanda Raygoza, explicó que los daños visibles podrían haber sido provocados por el ataque de un tiburón.
«Es uno de los animales que más me gustan de todo el planeta… fueron atacados gravemente y llegaron en un estado de agonía. Ya murieron hace unos minutos», narró conmovido Villanueva.
La muerte de estos peces representa una pérdida biológica significativa, pero también un valioso registro científico debido a la rareza de su aparición en aguas superficiales.
¿Presagio sísmico? La leyenda detrás del pez remo
El pez remo ha sido protagonista de múltiples relatos en diversas culturas asiáticas, donde se le conoce como el «Mensajero del Palacio del Mar». De acuerdo con creencias populares, su aparición en la superficie estaría relacionada con movimientos tectónicos inminentes.
Fernanda Raygoza explicó que esta superstición ha cobrado fuerza en redes sociales debido a que históricamente algunos terremotos importantes en Japón y otros lugares han sido precedidos por la aparición de esta especie en zonas costeras.
«Se cree que cuando el pez remo sube a la superficie, es porque se aproxima un terremoto o un tsunami», explicó la bióloga en el video.
Aunque la ciencia no ha confirmado una relación directa, la coincidencia temporal de estos avistamientos con eventos sísmicos sigue generando debate.
Medición, análisis y registro científico
Villanueva y Raygoza aprovecharon el momento para medir a ambos ejemplares. Su tamaño, cercano al del tiburón ballena, los convierte en algunos de los peces óseos más largos del mundo. El Regalecus glesne puede alcanzar más de 11 metros de longitud y suele nadar verticalmente en aguas profundas.
«Es triste ver este desenlace, pero también es parte de la dinámica natural. Estamos viendo la vida y la muerte», concluyó Villanueva visiblemente emocionado.
El registro audiovisual ya circula en múltiples plataformas y podría aportar valiosa información a estudios oceanográficos y sísmicos.
Reacciones en redes: del asombro al miedo
La aparición de los peces remo generó una ola de comentarios en redes sociales, entre la fascinación científica y el temor colectivo. Usuarios de TikTok compartieron teorías y bromas sobre un posible sismo inminente.
“¿Entonces confirma el sismo de septiembre?”, “Pez remo el 01 de agosto, terremoto en Oaxaca el 02”, “Ya llegó la invitación oficial al Terremotofest 2025”, son algunos de los mensajes más virales.
Aunque no hay evidencia científica que respalde estas suposiciones, el eco cultural de esta especie permanece profundamente arraigado en la percepción pública.
¿Qué dice la ciencia sobre el pez remo y los terremotos?
Especialistas han estudiado la biología del pez remo durante décadas. Se sabe que habita entre los 200 y 1,000 metros de profundidad, por lo que su aparición en la costa generalmente indica que está enfermo, herido o desorientado por corrientes anómalas.
Algunas hipótesis sugieren que los cambios en campos electromagnéticos o movimientos sísmicos submarinos podrían afectar su sistema sensorial y provocar que ascienda, aunque esto no está comprobado.
Lo cierto es que su presencia en la superficie, ya sea viva o muerta, sigue siendo extremadamente rara y científicamente valiosa.
Entre el mito y la ciencia
El hallazgo de estos dos peces remo en Baja California Sur es un recordatorio de lo mucho que aún desconocemos sobre las profundidades del océano. También evidencia cómo el folclore y la ciencia pueden entrelazarse, creando narrativas que despiertan tanto el miedo como la admiración.
Mientras los expertos analizan los datos recabados, la sociedad continúa mirando al mar, preguntándose si la naturaleza volverá a hablar… y qué nos quiere decir esta vez.


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