La empresa porcícola Granjas Carroll enfrenta nuevas acusaciones por presuntos tiraderos clandestinos a cielo abierto en la comunidad de San José Morelos, municipio de Libres, Puebla. Ejidatarios y organizaciones civiles denunciaron que en estos sitios se depositan desechos de sus operaciones porcinas, como heces, vísceras, pezuñas, piel y pelo de cerdo, sin tratamiento alguno, lo que representa un grave riesgo ambiental y de salud para los habitantes.
La denuncia fue presentada por la Coordinadora Regional de Comisariados Ejidales y Comunales de la Cuenca Libres Oriental y el Centro de Estudios Ecuménicos (CEE), con el respaldo de académicos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quienes documentan el impacto social y sanitario de esta problemática.
Evidencias de tiraderos clandestinos
Los ejidatarios han entregado material gráfico que muestra cómo los residuos porcinos son abandonados a cielo abierto en distintos terrenos de la comunidad. Según el sociólogo Jesús Pérez Juárez, del CEE y académico de la BUAP, los tiraderos no son permanentes, sino que funcionan por semanas en un lugar y luego se trasladan a otro punto, lo que extiende la contaminación a diversas parcelas.
A pesar de los intentos de la empresa por justificar esta práctica bajo el argumento de que los residuos se usan como “abono orgánico”, los afectados sostienen que gran parte del material no es compostable y, en cambio, contamina el suelo, afecta los cultivos y deteriora el medio ambiente.
Los terrenos contaminados vuelven a utilizarse posteriormente para sembrar, lo que, según los ejidatarios, representa un riesgo directo para la seguridad alimentaria de la comunidad.
Antecedentes de conflicto con la empresa
El pueblo de San José Morelos tiene un historial de confrontación con Granjas Carroll. En la administración pasada, la comunidad sufrió represión al manifestarse contra las operaciones de la transnacional. Por ello, los habitantes hicieron un llamado a la sociedad civil y a organismos de derechos humanos a mantenerse vigilantes, para garantizar la seguridad de quienes participan en las denuncias actuales.
El descontento no se limita a esta comunidad. Comisariados ejidales y consejos de vigilancia de localidades vecinas también se han sumado al reclamo, exigiendo que se detenga lo que consideran un proceso de despojo y contaminación sistemática en la Cuenca Libres Oriental.
Exigen clausura de tiraderos clandestinos
Ante la falta de respuesta institucional, la Coordinadora Regional y el CEE hicieron pública la denuncia y exigieron medidas inmediatas. Entre las principales demandas de los ejidatarios destacan:
- La clausura definitiva de los tiraderos ilegales.
- La retirada de la empresa de la región.
- La garantía de que no se otorguen nuevos permisos a otras compañías para operar en la Cuenca.
Según los pobladores, esta zona ya se encuentra bajo veda ambiental y sanitaria, por lo que resulta inaceptable que se permita la operación de más proyectos empresariales que incrementen la crisis.
Primeros impactos en la salud
El académico Jesús Pérez Juárez informó que ya se han detectado casos de enfermedades cutáneas y febriles en San José Morelos, presuntamente relacionadas con la exposición a los tiraderos clandestinos.
Uno de los testimonios corresponde a un ejidatario cuyo familiar menor de edad desarrolló un grave padecimiento en la piel tras haber estado en contacto con los desechos. El niño presentó cicatrices permanentes y, posteriormente, en su vivienda apareció una plaga de insectos desconocidos, descritos como similares a polillas o mosquitos.
Otros habitantes reportaron lesiones en la piel y episodios de fiebre vinculados a la picadura de estos insectos, que supuestamente se reproducen en los tiraderos y en las lagunas de lixiviados. Aunque no existe un diagnóstico médico definitivo, los testimonios coinciden en que los problemas comenzaron tras la exposición a los residuos.
Preparan denuncia ante Profepa
La comunidad de San José Morelos, acompañada por el CEE, se encuentra en proceso de interponer una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
No obstante, los ejidatarios reconocen que en ocasiones anteriores sus quejas han sido ignoradas. Por ello, trabajan en una estrategia de comunicación y visibilización para que la problemática tenga mayor resonancia nacional e internacional.
La denuncia busca no solo el cierre de los tiraderos, sino también una investigación profunda sobre las operaciones de Granjas Carroll en la región y su responsabilidad en los impactos sociales, ambientales y de salud.
Un problema regional y estructural
Los pobladores y académicos advierten que esta situación se enmarca en un contexto más amplio de crisis ambiental y social en la Cuenca Libres Oriental. La región enfrenta desde hace años sobreexplotación de recursos, contaminación de suelos y agua, y pérdida de tierras agrícolas por la expansión de proyectos empresariales.
La presencia de tiraderos clandestinos intensifica estos problemas y pone en riesgo a comunidades que dependen de la agricultura de subsistencia. Para los ejidatarios, se trata de un modelo que prioriza el beneficio privado sobre la seguridad y la salud de los pueblos.
La denuncia contra Granjas Carroll por presuntos tiraderos clandestinos en San José Morelos refleja un conflicto donde confluyen el impacto ambiental, los riesgos a la salud y la falta de atención institucional. Las comunidades afectadas exigen la clausura inmediata de los sitios ilegales, así como medidas de protección para los pobladores y sanciones para los responsables.
La situación también revela la fragilidad de los mecanismos de vigilancia ambiental en México. Mientras tanto, los ejidatarios insisten en que continuarán visibilizando el problema y luchando por la defensa de su territorio, su salud y su derecho a un ambiente sano.


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