Cada inicio de año trae consigo la oportunidad de reflexionar y plantear metas para los próximos 12 meses. En 2025, más que nunca, es vital aprender de los errores y comprometernos con nuestras prioridades. Desde abarrotar gimnasios en enero hasta reducir la participación en marzo, el ciclo de entusiasmo inicial y abandono prematuro nos deja una lección clave: la constancia es el verdadero motor del cambio.
Cumple tus metas: El primer paso para exigir a otros
Antes de mirar hacia afuera, es crucial mirar hacia adentro. ¿Qué tan coherentes somos al exigir a los demás, mientras evadimos nuestras propias responsabilidades? Cumplir nuestras metas personales nos da la autoridad moral para exigir a las instituciones, legisladores y gobiernos que cumplan con las suyas.
En temas como seguridad, corrupción o servicios públicos, es fácil señalar culpables, pero también debemos asumir nuestra parte. ¿Cómo podemos exigir que se acabe la corrupción si participamos en prácticas similares?
Ejemplos de cambio desde la ciudadanía
En muchos aspectos cotidianos, los pequeños cambios hacen la diferencia.
- Medio ambiente: ¿Te quejas de los camiones de basura? Empieza por reciclar y no tirar desechos en la calle.
- Transporte público: Comparar el Metro de CDMX con el de Nueva York no es excusa para ignorar las mejoras que necesitamos.
- Educación: Fomenta la lectura y el aprendizaje en casa antes de culpar al sistema educativo.
Cada acción individual suma a la construcción de un entorno colectivo más eficiente y digno.
Renovar la esperanza en 2025
Este año es una invitación a renovar nuestra fe en nosotros mismos y en el país. La autocrítica, la disciplina y el compromiso son herramientas poderosas para mejorar nuestro entorno. Si logramos cumplir nuestros objetivos personales, también podremos exigir con mayor fuerza a las autoridades que cumplan con sus responsabilidades.
La clave está en la autocrítica y la constancia
No es fácil mantener el impulso de enero durante todo el año, pero con metas claras y un compromiso diario, es posible. Reflexiona sobre tus propósitos:
- ¿Son realistas?
- ¿Tienes un plan para lograrlos?
- ¿Estás dispuesto a adaptarte si las circunstancias cambian?
El éxito no depende de las circunstancias externas, sino de nuestra capacidad para perseverar, incluso cuando la motivación inicial disminuye.
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