El rápido ascenso de Zohran Mamdani en la contienda por la alcaldía de Nueva York lo ha convertido en una figura de gran simbolismo: para muchos musulmanes estadounidenses es un motivo de orgullo histórico, pero para sectores de la ultraderecha representa un blanco político cargado de ataques islamófobos y antiinmigrantes.
De ganar en noviembre, Mamdani sería el primer alcalde musulmán en la historia de la ciudad más poblada de Estados Unidos, un hecho que resuena tanto por la diversidad cultural de Nueva York como por las tensiones derivadas del 11 de septiembre de 2001 y el aumento de la islamofobia posterior.
Un candidato en el centro de la controversia
La candidatura de Mamdani, miembro de la Asamblea estatal de Nueva York desde 2020, ha generado entusiasmo en comunidades musulmanas y progresistas. Sin embargo, también ha despertado una ola de críticas y ataques personales, en particular por parte de dirigentes republicanos y activistas de ultraderecha.
El congresista republicano Andy Ogles, de Tennessee, lo calificó de “pequeño mahometano” y pidió su deportación. En redes sociales, la representante Nancy Mace, de Carolina del Sur, compartió una foto del candidato con una kurta —tradicional prenda del sur de Asia— junto a una referencia al 11-S.
Incluso figuras mediáticas como Laura Loomer aseguraron, sin pruebas, que la elección de Mamdani significaría un “11-S 2.0” en Nueva York. Este tipo de retórica, señalan analistas, refuerza narrativas antimusulmanas que han circulado en el discurso público estadounidense durante décadas.
Ataques desde la política nacional
El propio expresidente Donald Trump también se sumó a los cuestionamientos, repitiendo acusaciones falsas sobre la ciudadanía de Mamdani, en un eco directo de la retórica “birther” que alguna vez utilizó contra Barack Obama.
En la National Conservatism Conference, varios oradores usaron la religión y el origen de Mamdani como argumentos de ataque. El exasesor de Trump, Steve Bannon, llegó a llamarlo “marxista y yihadista”, en un intento de vincular su agenda progresista con el extremismo religioso.
Este tipo de ataques, recuerdan expertos, han sido una constante contra políticos musulmanes en EE.UU. La activista Amani Al-Khatahtbeh, que en 2020 fue la primera mujer musulmana en postularse al Congreso por Nueva Jersey, recordó haber recibido insultos y amenazas de muerte similares.
Islamofobia persistente en la política estadounidense
El caso de Mamdani revive un debate más amplio sobre la persistencia de la islamofobia en la vida pública de Estados Unidos. Desde el 11-S, Nueva York en particular ha sido escenario de tensiones: desde los programas de vigilancia dirigidos contra comunidades musulmanas hasta la controversia por la construcción de un centro comunitario islámico en el Bajo Manhattan en 2010.
“La retórica antimusulmana sigue siendo la misma: que los musulmanes no pertenecen en este país y representan una amenaza”, explicó Eman Abdelhadi, socióloga de la Universidad de Chicago.
El politólogo Youssef Chouhoud, de la Universidad Christopher Newport, subrayó que la campaña de Mamdani “tiene un enorme simbolismo”. Para él, se trata tanto de un recordatorio de la discriminación antimusulmana como de una muestra del derecho de los musulmanes estadounidenses a liderar y participar plenamente en la sociedad.
Críticas a sus posturas políticas
Además de los ataques religiosos, Mamdani también enfrenta críticas por sus posiciones progresistas y, especialmente, por sus duras críticas a Israel en el contexto de la guerra en Gaza. Figuras como el exgobernador Andrew Cuomo lo calificaron de “peligroso” y lo acusaron de “alimentar el antisemitismo”.
Un grupo vinculado a Cuomo incluso preparó un volante que alteraba digitalmente la barba de Mamdani para hacerlo ver más “extremista”, aunque la campaña de Cuomo se desligó de la pieza.
Otros demócratas también han tomado distancia de su plataforma, aunque la senadora Kirsten Gillibrand pidió disculpas tras haberlo asociado erróneamente con la “yihad global”.
Amenazas y violencia política
El clima de hostilidad ha tenido consecuencias graves. En septiembre, un hombre en Texas fue acusado de enviar amenazas de muerte a Mamdani, llamándolo “terrorista” y diciendo que “los musulmanes no pertenecen aquí”.
Mamdani respondió con firmeza: “No podemos y no seremos intimidados por el racismo, la islamofobia y el odio”. Tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, incluso condenó la violencia política y advirtió sobre la normalización del odio en el discurso estadounidense.
Una campaña que inspira esperanza
A pesar de la retórica hostil, muchos neoyorquinos ven en Mamdani una oportunidad histórica. Shahana Hanif, primera mujer musulmana en el Concejo Municipal, aseguró que “la islamofobia se usa como táctica de miedo, pero no está funcionando”.
Para familias como la de Hanan Thabet, la campaña ha sido una fuente de inspiración: sus hijos de 8 y 10 años se han sumado como voluntarios. “Están emocionados de ver que un hombre musulmán pueda ser nuestro próximo alcalde”, contó.
Entre la hostilidad y el cambio histórico
La candidatura de Zohran Mamdani a la alcaldía de Nueva York refleja una encrucijada: por un lado, la persistencia de la islamofobia y los discursos de odio en la política estadounidense; por el otro, la creciente visibilidad e influencia de los musulmanes en los espacios de poder.
Si logra superar los ataques y amenazas, Mamdani podría no solo convertirse en el primer alcalde musulmán de Nueva York, sino también en un símbolo de que la diversidad y la inclusión pueden abrirse paso frente a la intolerancia.


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