En medio del frío ártico, Alaska se convierte en el epicentro de la geopolítica mundial. Donald Trump y Vladimir Putin llegan a la base militar Elmendorf-Richardson con posiciones enfrentadas sobre un posible cese del fuego en Ucrania.
La cita es histórica: es el primer encuentro presencial entre ambos líderes en seis años y llega tras días de intensas conversaciones virtuales entre Trump, Volodimir Zelensky y los principales mandatarios europeos.
Un cambio inesperado en la postura de Trump
Hasta hace pocos días, Trump parecía inclinado a aceptar parte de la estrategia del Kremlin, que condicionaba el fin de la guerra a la cesión de territorios ucranianos. Sin embargo, tras reunirse con Zelensky, Macron, Starmer, Meloni y Merz, el presidente estadounidense dio un giro.
La nueva posición de Washington se apoya en cinco puntos:
- Cese del fuego inmediato antes de futuras negociaciones.
- Respeto a las líneas actuales de frente.
- Garantías verificables de cumplimiento por parte de Rusia.
- Participación plena de Ucrania en todas las negociaciones.
- Respaldo internacional de Estados Unidos, Europa y Ucrania.
Las exigencias del Kremlin
Putin llega con su propia lista, que choca de frente con la hoja de ruta occidental:
- Cesión de Donetsk, Luhansk, Kherson, Zaporizhzhia y Crimea a Rusia.
- Bloqueo de la entrada de Ucrania a la OTAN.
- Prohibición de despliegue de tropas de la OTAN en Ucrania.
- Levantamiento total de sanciones económicas a Moscú.
Esta brecha entre las partes anticipa que la Cumbre de Alaska no será sencilla.
Expectativas moderadas
Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, advirtió que esta no será una reunión de resultados inmediatos. “Es un ejercicio de escucha para el presidente”, dijo. Sin embargo, Trump no descartó consecuencias graves para Rusia si no se logra un avance.
“Si Putin no acepta detener la guerra, habrá consecuencias muy graves”, declaró el mandatario, recordando los ataques a civiles que han endurecido su posición.
Un escenario global en vilo
Europa observa con atención. La reunión no solo define la dinámica del conflicto en Ucrania, sino que también influirá en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, la cohesión de la OTAN y la seguridad energética del continente.
La base Elmendorf-Richardson, ubicada a 15 minutos de Anchorage, será el escenario donde se decidirá si este capítulo de la guerra da paso a una tregua o a una escalada mayor.
Formato y posibles resultados
Aunque el formato no está cerrado, se prevé una reunión a solas entre Trump y Putin, seguida de un encuentro ampliado con sus delegaciones. El mundo aguarda si del hielo de Alaska surgirá un punto de descongelamiento para el conflicto más grave en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La clave será si alguna de las partes está dispuesta a ceder, o si la cumbre quedará como otro capítulo simbólico sin resultados concretos.


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