La tensión global volvió a girar en torno a Donald Trump y Vladímir Putin este viernes, cuando ambos líderes sostuvieron una reunión de más de dos horas en Alaska. Apenas finalizó el encuentro, Trump tomó el teléfono para hablar con Volodymir Zelenski y con otros líderes de la OTAN, en un gesto que refleja la delicada situación internacional y la presión sobre Washington en torno a la guerra en Ucrania.
“No fue fácil”, habría comentado el mandatario estadounidense, según un informe difundido por Fox News.
Una cumbre marcada por la expectativa mundial
El encuentro en Alaska representó la primera cumbre oficial entre Trump y Putin desde el regreso del republicano a la Casa Blanca. Aunque se esperaba una reunión cara a cara, finalmente se llevó a cabo en un formato reducido, acompañado de asesores y funcionarios clave de ambos países.
Del lado estadounidense estuvieron presentes el secretario de Estado Marco Rubio, el enviado especial Steve Witkoff, y posteriormente se sumaron los responsables de Tesoro, Comercio y Defensa, además de la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles.
Por parte de Rusia, acompañaron a Putin figuras estratégicas como el canciller Serguéi Lavrov, el ministro de Defensa Andréi Beloúsov y el asesor económico Kiril Dmítriev, entre otros.
La llamada a Zelenski y a la OTAN: un mensaje claro
Horas antes de la cumbre, Trump había anunciado a periodistas que planeaba comunicarse con Zelenski y con líderes europeos para mantenerlos informados de los avances. La llamada se interpretó como un gesto de respaldo a Ucrania, pero también como una estrategia para reforzar la coordinación dentro de la OTAN, en un momento donde la guerra sigue en un punto crítico.
Zelenski, quien mantiene una relación compleja con Trump debido a los antecedentes de 2019, recibió la llamada como un paso necesario para garantizar que Estados Unidos siga apoyando a Kiev frente a Moscú.
¿Habrá una segunda reunión Trump-Putin?
Durante la conferencia posterior a la cumbre, Trump dejó abierta la posibilidad de un segundo encuentro con Putin, al que calificó como aún más importante que el primero.
La expectativa gira en torno a si Washington y Moscú lograrán un acuerdo parcial o definitivo sobre Ucrania. Sin embargo, los analistas advierten que la desconfianza sigue siendo un obstáculo, y que cualquier avance dependerá de la presión interna y de la postura de los aliados europeos.
La reunión en Alaska no solo fue un capítulo más en la relación entre Estados Unidos y Rusia: marcó el inicio de un proceso que podría definir el futuro del conflicto en Europa del Este. La llamada de Trump a Zelenski y a los líderes de la OTAN refuerza la idea de que la diplomacia multilateral será clave en los próximos meses.


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