El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que las recientes “redadas contra inmigrantes no han ido lo suficientemente lejos”, en una entrevista concedida al programa 60 Minutes de la cadena CBS News. Trump señaló que los “jueces liberales” designados por sus predecesores demócratas, Barack Obama y Joe Biden, han retrasado las operaciones de inmigración, dificultando el avance de su política migratoria.
Críticas y defensa de las tácticas de ICE
Durante su intervención, Trump respondió afirmativamente cuando la entrevistadora, Norah O’Donnell, le preguntó si las tácticas empleadas por ICE —como el uso de gas lacrimógeno en vecindarios y el rompimiento de ventanas de autos para detener inmigrantes— le parecían aceptables. Trump contestó:
“Sí, porque hay que sacar a la gente.”
Sus declaraciones se producen en un contexto de aumento de redadas masivas por parte de ICE desde que asumió el cargo en enero, cumpliendo una promesa clave de su campaña: intensificar las deportaciones en todo el país.
Protestas y despliegue de fuerzas federales
Las medidas de su administración ya han generado un clima de tensión social y protestas en ciudades donde gobiernan demócratas. En respuesta, Trump ha movilizado a la Guardia Nacional de los Estados Unidos para respaldar a los agentes de inmigración y asegurar instalaciones clave. En lugares como Los Ángeles se han desplegado tropas federales, mientras que en ciudades como Portland y Chicago, algunos despliegues fueron suspendidos temporalmente por órdenes judiciales.
El rol de los jueces y la justicia migratoria según Trump
Trump insistió en que los jueces federales liberales son un obstáculo para sus políticas: “Los jueces liberales han retrasado las operaciones”, afirmó, sugiriendo que la justicia actual impide la eficacia de las redadas de inmigración. A su juicio, para avanzar en su agenda migratoria se necesita menor intervención de los tribunales y mayor celeridad operativa por parte de ICE y las fuerzas federales.
Implicaciones políticas y sociales de la postura migratoria
La línea dura que mantiene Trump respecto a la inmigración refuerza su perfil ante la base conservadora, que demanda acciones estrictas para frenar la entrada de inmigrantes irregulares. Sin embargo, también genera preocupaciones por derechos humanos, legalidad y el impacto en comunidades vulnerables.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado que algunas tácticas de ICE pueden representar violaciones a los derechos fundamentales, especialmente en operaciones realizadas sin supervisión judicial adecuada. La conjunción entre seguridad nacional y protección de derechos se ha convertido en un campo político y jurídico complejo.
¿Qué sigue para la política migratoria de EE.UU.?
Con las declaraciones de Trump, se anticipa un endurecimiento adicional de las redadas y de las medidas de control migratorio en Estados Unidos. Algunas de las posibles acciones que podrían intensificarse incluyen:
- Aumento de la presencia federales y militares en ciudades con alta población inmigrante.
- Menor tolerancia hacia tribunales que bloqueen deportaciones o operaciones de ICE.
- Nuevas órdenes ejecutivas que amplíen la definición de “inmigrante removible”.
- Campañas mediáticas para legitimar las redadas como parte de la seguridad nacional.
Para los analistas, la decisión de Trump generará un impacto significativo en la relación entre política migratoria, derechos humanos y legalidad estadounidense, así como en la percepción internacional del país.


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