Atendiendo a una solicitud directa de Donald Trump, el gobernador de Texas, Greg Abbott, convocó a una sesión legislativa especial con el objetivo de que los republicanos rediseñen los distritos del Congreso para asegurar hasta cinco escaños adicionales en las elecciones de 2026, desatando una batalla política de altas consecuencias.
Una tormenta política se gesta en Texas. Impulsados por el expresidente Donald Trump, los legisladores republicanos han iniciado una sesión especial con una misión clara: redibujar el mapa de los distritos congresionales del estado para fortalecer su control y potencialmente arrebatar hasta cinco escaños a los demócratas. La medida, que podría ser decisiva para el control de la Cámara de Representantes de EE. UU. en 2026, está cargada de riesgos legales y políticos.
El Fantasma del «Dummymander»: Un Riesgo Calculado
La táctica de rediseñar distritos para favorecer a un partido se conoce como gerrymandering. Sin embargo, los republicanos de Texas se enfrentan a un peligro aún mayor: el «dummymander». Este término describe una manipulación de mapas tan agresiva que, irónicamente, pone en riesgo los propios escaños del partido que la ejecuta.
La memoria de 2018 está fresca. En aquel entonces, una reacción electoral contra la administración Trump provocó que los demócratas ganaran dos distritos en Texas que los republicanos consideraban seguros, precisamente como resultado de un mapa demasiado ambicioso dibujado en la década anterior. Esta experiencia llevó a que en la redistritación de 2021, el partido optara por una estrategia más cautelosa, enfocada en proteger a sus legisladores en funciones en lugar de atacar a los demócratas.
Ahora, con el impulso de Trump, la facción más agresiva del partido cree que es el momento de ir a la ofensiva. Adam Kincaid, del National Republican Redistricting Trust, afirma que «un dibujo de mapas inteligente puede generar oportunidades de victoria sin poner en peligro a nuestros titulares».
El Campo de Batalla: Sesión Especial y Amenaza de Boicot
El gobernador Greg Abbott convocó la sesión especial no solo para el rediseño de mapas, sino también para abordar la devastación causada por las recientes inundaciones en Texas Hill Country. Sin embargo, la atención se centra en la batalla partidista.
El plan republicano apunta a distritos vulnerables como el del representante demócrata Vicente Gonzalez, en el Valle del Río Grande, cuyo margen de victoria fue estrecho en la última elección. La estrategia consiste en reasignar votantes para hacer su distrito más republicano.
Como respuesta, los demócratas están contemplando una medida drástica: un boicot legislativo. Podrían ausentarse del Capitolio para negar el quórum mínimo necesario para sesionar, una táctica que ya utilizaron en 2021. La dirigencia republicana ha respondido con dureza; el Fiscal General Ken Paxton ha amenazado con arrestar a los legisladores que participen en el boicot, y las nuevas reglas imponen multas de hasta 500 dólares diarios por romper el quórum.
«No creo que nadie deba subestimar la voluntad de los demócratas de Texas.» – Representante estatal Trey Martinez Fischer, líder del boicot demócrata de 2021.
Los Obstáculos Legales: La Ley de Derecho al Voto
Más allá de la arena política, la estrategia republicana enfrenta serios desafíos legales. Un rediseño agresivo podría ser demandado por violar la Ley de Derecho al Voto (Voting Rights Act), que protege la capacidad de las comunidades minoritarias para elegir a sus representantes. El mapa de 2021 ya enfrenta una demanda por este motivo, y un nuevo mapa aún más sesgado seguramente provocaría nuevos litigios.
Esta lucha en Texas no es un asunto local. Es una batalla clave en la guerra por el poder a nivel nacional. El resultado de esta sesión especial podría determinar el equilibrio de poder en Washington D.C., convirtiendo a Texas en el epicentro de la lucha por el futuro político de Estados Unidos.


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