La maquinaria de la política monetaria estadounidense ha entrado en fase de alta atención: el secretario del Tesoro, Scott Bessent, reveló públicamente los cinco candidatos finalistas para suceder a Jerome Powell al frente de la Reserva Federal (Fed). Aunque Powell continuará al mando hasta mayo de 2026, el anuncio anticipa un cambio estratégico que trasciende Washington y proyecta su sombra internacionalmente. Mientras los mercados y gobiernos analizan los nombres seleccionados, la pregunta central no es solo quién será el próximo presidente de la Fed, sino qué perfil de política monetaria irá asociado con él o ella.
Contexto y escenario actual
En septiembre pasado, la Fed decidió recortar los tipos de interés en un cuarto de punto, llevando el rango a entre 4 % y 4,25 %. Este movimiento se produce en un entorno económico cargado de tensiones: inflación persistente, señales de ralentización en el crecimiento y presiones desde la Casa Blanca para que el banco central actúe con mayor rapidez. El hecho de que Powell se mantenga hasta mayo de 2026 da un margen de transición que podría suavizar el impacto, pero también genera expectativas sobre el tono y el ritmo de la política monetaria en la nueva era.
La declaración de Bessent marca un paso clave en el proceso de sucesión: el grupo de cinco candidatos representa un abanico de perfiles —desde técnicos tradicionales hasta figuras más orientadas al estímulo— lo que sugiere que la Casa Blanca busca un equilibrio entre continuidad y renovación.
Los nombres sobre la mesa
Los cinco finalistas son:
- Christopher Waller, gobernador de la Fed.
- Michelle Bowman, también gobernadora de la Fed.
- Kevin Warsh, ex gobernador de la Fed.
- Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.
- Rick Rieder, ejecutivo de la firma BlackRock.
Estos nombres combinan experiencia en banca central, economía aplicada y el mundo financiero privado. Su perfil diverso permite a la administración sopesar una transición que no convierta la sucesión en un punto de fricción para los mercados.
¿Qué implicaciones conlleva esta sucesión?
Política de tipos de interés
El nuevo presidente de la Fed tendrá un papel determinante en la definición de cuándo y cuánto recortar —o en su caso subir— los tipos de interés. Con el rango actualmente en 4 %–4,25 %, el mercado anticipa alguna flexibilización, aunque la preferencia por un enfoque más cauteloso continúa. La elección del perfil adecuado será clave para calibrar esa expectativa.
Independencia del banco central
El proceso pone en evidencia la tensión entre el mandato de independencia de la Fed y el deseo del Ejecutivo por una política más ágil. Esto planteará desafíos para la credibilidad del banco central: elegir a alguien muy alineado con la Casa Blanca puede acelerar decisiones, pero también debilitar la percepción de autonomía.
Efectos sobre mercados y economía global
La dirección que adopte la Fed repercutirá más allá de EE.UU.: tipos de cambio, flujos de capitales, inflación importada y la salud de los mercados emergentes dependen en gran medida del ritmo monetario estadounidense. América Latina deberá seguir con atención los pasos del sucesor de Powell para ajustarse a un entorno que podría variar.
La mirada hacia América Latina y México
El hecho de que la Fed esté en tránsito de liderazgo no es un acontecimiento aislado para la región. Para México, un cambio en la presidencia de la Fed puede traducirse en:
- Mayor entrada o salida de capitales, afectando la liquidez financiera local.
- Movimientos en el tipo de cambio peso-dólar, que inciden en exportaciones e inflación.
- Presiones inflacionarias importadas, que obligan a los bancos centrales regionales a mantenerse vigilantes.
En este contexto, tanto el sector financiero como los responsables de política monetaria en América Latina tienen razones de peso para observar de cerca esta sucesión.
¿Qué sigue en el proceso?
El secretario Bessent dejó claro que la decisión final se conocerá a finales de este año. Mientras tanto, los cinco candidatos se encuentran bajo evaluación, con entrevistas, análisis de perfil y seguimiento de sus pronunciamientos públicos. Aunque Powell permanecerá hasta mayo de 2026, la transición ya está en marcha, y el mercado lo percibe como tal.
Durante este período, cada gesto, cada discurso y cada señal de los candidatos será escrutada. De acá al anuncio, los analistas buscarán pistas sobre la inclinación de política monetaria que vendrá: más recortes pronto, una mayor insistencia en frenar la inflación o una postura intermedia.
La presentación de los cinco finalistas para liderar la Fed marca el inicio de un capítulo relevante para la economía global. No se trata solo de reemplazar a Jerome Powell, sino de establecer la nueva dirección que seguirá la política monetaria de EE.UU., y por extensión del mundo. En un contexto de tipos relativamente altos, inflación persistente y expectativas de recortes, el perfil del próximo presidente de la Fed cobra un significado estratégico.
Para México y América Latina, este cambio no es accesorio: es una variable macroeconómica de peso. Estar preparados, entender lo que está en juego y anticiparse a los escenarios es clave en este momento de tránsito.


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