El gobierno de Donald Trump continúa evaluando posibles operaciones militares en Venezuela, argumentando que forman parte de su guerra contra las drogas. Sin embargo, según reporta The New York Times, algunos altos funcionarios estadounidenses estarían promoviendo estas acciones con un objetivo adicional: forzar un cambio de régimen en Caracas.
Durante un discurso ante 800 oficiales de alto rango de las fuerzas armadas de Estados Unidos, Trump justificó la destrucción de lanchas venezolanas por parte de la Marina estadounidense, alegando que cada embarcación transportaba drogas que, según él, causaban la muerte de aproximadamente 25 mil personas. No se presentaron pruebas que respaldaran esta cifra.
Funcionarios clave impulsan un cambio de régimen
El New York Times reveló que funcionarios como el secretario de Estado Marco Rubio, el asesor presidencial Stephen Miller y el jefe de la CIA John Ratcliffe han intensificado los esfuerzos para generar presiones sobre el gobierno de Nicolás Maduro, considerado por algunos en Washington como un exportador de drogas y amenaza inminente para Estados Unidos.
De acuerdo con fuentes de la Casa Blanca, el ejército estadounidense ha estado planificando operaciones militares dirigidas contra sospechosos de narcotráfico dentro de Venezuela, aunque aún no se ha aprobado oficialmente esta fase. La estrategia busca ampliar la campaña ofensiva para presionar políticamente a Maduro y explorar su eventual salida del poder.
Contexto y antecedentes de la presión estadounidense
Analistas del Wall Street Journal y del Diálogo Interamericano señalan que la administración de Trump está desplegando mayor presión militar y económica en América Latina que cualquier otra desde la era de Ronald Reagan. Según Michael Shifter, veterano analista, la postura de Trump refleja una visión agresiva de la región como “patio trasero” de Estados Unidos, con acciones justificadas bajo la premisa de proteger la patria y priorizar la política de “América Primero”.
Este enfoque coincide con la política de EE.UU. de intervenir en gobiernos latinoamericanos considerados hostiles o con vínculos con actividades ilícitas, aunque genera críticas sobre la legitimidad de los motivos antinarcóticos y el posible uso de la seguridad nacional como pretexto para cambios políticos.
Implicaciones para Venezuela y la región
Las posibles operaciones militares en Venezuela podrían intensificar la tensión regional y complicar las relaciones internacionales en América Latina. La combinación de acciones económicas, presión militar y narrativa antinarcóticos genera incertidumbre sobre la estabilidad del país sudamericano, especialmente en un contexto donde Nicolás Maduro mantiene un control significativo del poder político y militar.
Además, este tipo de intervenciones plantea interrogantes sobre los efectos humanitarios y sobre cómo la comunidad internacional podría reaccionar ante un eventual aumento de operaciones coercitivas o intervenciones directas.
Mientras el gobierno de Donald Trump continúa evaluando posibles operaciones antinarcóticos en Venezuela, varios de sus asesores y secretarios están promoviendo un objetivo más ambicioso: un cambio de régimen en Caracas. La combinación de presión militar y económica, junto con la justificación basada en la lucha contra las drogas, refleja la estrategia agresiva de Estados Unidos en la región, que podría tener implicaciones profundas para la estabilidad política y social de Venezuela y para la geopolítica latinoamericana.


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