Crisis ganadera en la frontera: gusano barrenador desata tensiones
La frontera entre México y Estados Unidos enfrenta un nuevo capítulo de tensión, no por el comercio o la política, sino por una plaga que amenaza a la industria ganadera: el gusano barrenador del ganado del Nuevo Mundo. Este insecto, capaz de infestar y matar animales, ha sido detectado a menos de 113 kilómetros de territorio estadounidense, encendiendo las alarmas en Washington y colocando a México en el centro de la polémica.
La acusación de Estados Unidos
La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, lanzó una crítica directa: México no ha implementado los protocolos necesarios para frenar la propagación del gusano barrenador. Según la funcionaria, no se han restringido adecuadamente los movimientos de ganado en las zonas afectadas ni se han instalado de forma constante las trampas de moscas que ayudarían a reducir la población silvestre.
“Esto es inaceptable”, declaró Rollins en el Ag Outlook Forum celebrado en Kansas City, destacando que las fallas de México dificultan la detección en tiempo real de la plaga.
Un riesgo multimillonario para la industria cárnica
Aunque el gusano barrenador aún no cruza la frontera estadounidense, el solo riesgo representa pérdidas multimillonarias potenciales para la industria cárnica. Desde mayo, la frontera permanece prácticamente cerrada a las importaciones de ganado mexicano, una medida que golpea a productores del norte del país y alimenta el nerviosismo en el marco de la revisión del T-MEC.
La tensión se agudizó el 21 de septiembre, cuando el Departamento de Agricultura de Estados Unidos confirmó la detección del caso en Nuevo León, muy cerca de Texas. En cuestión de horas, personal del USDA ya estaba en la región para verificar la situación.
México responde con cautela
Desde el gobierno mexicano, las respuestas han sido limitadas. La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que no han recibido notificación oficial sobre cambios en la reapertura de la frontera y recordó la complejidad de controlar el movimiento de ganado dentro del territorio nacional.
Hasta el momento, los portavoces de la Secretaría de Agricultura de México no han emitido un posicionamiento claro, lo que ha incrementado la percepción de falta de coordinación frente a la crisis sanitaria.
Tecnología y control biológico: la apuesta de EE.UU.
Mientras tanto, Estados Unidos ha invertido 21 millones de dólares en una instalación en el sur de México para producir moscas estériles, las cuales se liberan con el objetivo de disminuir la población silvestre que transmite la plaga. Este método, que se ha utilizado en el pasado con resultados positivos, busca contener el avance del gusano barrenador y proteger la frontera ganadera.
Una plaga que pone en jaque al T-MEC
El brote del gusano barrenador no es solo un problema sanitario: es también un factor de presión política y económica. En vísperas de la revisión del T-MEC, la desconfianza entre los sectores ganaderos de ambos países crece, y el futuro de miles de productores depende de los acuerdos sanitarios que se logren en los próximos meses.
Para México, se trata de un reto doble: garantizar la salud del ganado y recuperar la confianza de su principal socio comercial. Para Estados Unidos, el objetivo es claro: impedir que la plaga cruce la frontera y evitar pérdidas millonarias.


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