El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, advirtió que el actual cierre del gobierno federal podría convertirse en el más largo de la historia del país. El líder republicano reiteró que no negociará con los demócratas hasta que cedan en sus demandas sobre programas de atención médica y permitan la reapertura del gobierno.

Un cierre que se prolonga sin señales de acuerdo

En su trigésimo día, el cierre ha dejado sin empleo temporal a miles de trabajadores federales, tras una serie de despidos impulsados por la administración Trump, medida que ha sido interpretada como un intento por reducir el tamaño del gobierno durante la paralización.

Johnson, representante por Luisiana, reconoció no tener información detallada sobre los trabajadores afectados, pero insistió en que el cierre es una herramienta legítima de presión política. “Nos dirigimos hacia uno de los cierres más largos en la historia de Estados Unidos”, afirmó.

Mientras tanto, la Cámara de Representantes permanece sin sesiones, y Johnson se ha negado a convocar a los legisladores de regreso a Washington. El Senado, por su parte, retomará actividades tras el feriado federal, pero enfrenta una parálisis legislativa debido a la falta de acuerdos entre ambos partidos.

Posturas enfrentadas en el Congreso

El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, acusó a los republicanos de mantener el estancamiento político. “No se encuentran por ningún lado”, declaró en entrevista con MSNBC, refiriéndose a la falta de negociaciones formales entre las bancadas.

La disputa se centra en el financiamiento de subsidios al sistema de salud, cuya renovación vence el 31 de diciembre. Los demócratas exigen mantener el apoyo para evitar aumentos en las primas de seguros médicos, mientras que los republicanos condicionan cualquier acuerdo a una reducción del gasto federal y a la revisión de los programas sociales.

Impacto económico y social en aumento

De continuar el cierre, las consecuencias se extenderán a trabajadores públicos, contratistas y beneficiarios de programas federales. Los empleados con pagos mensuales, incluidos miles de asistentes legislativos, podrían quedarse sin salario al cierre de octubre, mientras los servicios administrativos y de atención al público permanecen suspendidos o limitados.

Además, la Fundación Kaiser Family advirtió que las primas de seguro médico podrían duplicarse si el Congreso no renueva los subsidios vigentes, afectando directamente a millones de estadounidenses que dependen de estos apoyos para mantener su cobertura.

El vicepresidente JD Vance también reconoció que vienen recortes “dolorosos” si el cierre se prolonga, aunque defendió la necesidad de ajustar el gasto público y “redefinir el papel del gobierno federal”.

Antecedentes y posibles escenarios

El cierre actual ya supera el promedio histórico de cierres parciales del gobierno estadounidense, y de mantenerse más allá de las próximas semanas, podría rebasar el récord de 35 días registrado durante la administración de Donald Trump en 2018-2019.

Analistas políticos advierten que el estancamiento legislativo refleja una creciente polarización en el Congreso y un clima de confrontación que podría afectar la estabilidad económica hacia fin de año, especialmente si no se alcanzan acuerdos presupuestales antes de diciembre.

El cierre gubernamental en Estados Unidos se perfila como uno de los más prolongados e inciertos de las últimas décadas. Mientras las negociaciones permanecen bloqueadas entre republicanos y demócratas, los efectos comienzan a sentirse tanto en la administración pública como en la economía doméstica. El desenlace dependerá de la capacidad del Congreso para encontrar un punto medio entre la disciplina fiscal y la continuidad de los servicios esenciales.