El cierre del Gobierno Federal en Estados Unidos ha puesto en riesgo el acceso a alimentos de más de 40 millones de ciudadanos, debido a la posible suspensión del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que ofrece subsidios para la compra de comida a familias de bajos recursos.
El presidente Donald Trump afirmó que está buscando soluciones legales para financiar el programa, luego de que dos jueces ordenaran al Gobierno encontrar una vía para mantenerlo activo. El Departamento de Agricultura había comunicado a los estados que a partir del sábado 1 de noviembre no utilizaría fondos de emergencia para sostener el programa.
Millones de familias en incertidumbre
En su plataforma Truth Social, Trump aseguró que pidió a la Fiscalía General que solicite al tribunal una aclaración urgente sobre cómo financiar legalmente el SNAP. Sin embargo, las cortes dieron al Gobierno plazo hasta el lunes próximo para presentar alternativas viables, dejando en vilo a millones de beneficiarios.
El programa SNAP beneficia especialmente a comunidades vulnerables, incluyendo diez millones de latinos. Ante la falta de recursos, al menos una docena de estados —desde California hasta Misuri— han redirigido sus fondos de emergencia a bancos de alimentos para atender temporalmente la escasez.
El cierre más largo en la historia reciente
El cierre federal, que ya suma 32 días, podría convertirse en el más largo de la historia de Estados Unidos. El estancamiento en el Senado entre demócratas y republicanos ha impedido aprobar un presupuesto que reactive la administración pública.
Los demócratas exigen extender los subsidios del programa sanitario Obamacare, mientras que los republicanos insisten en reabrir primero el Gobierno antes de negociar esos apoyos.
Expertos advierten que, incluso si se logra un acuerdo, el reinicio del sistema de pagos del SNAP podría tardar varios días, lo que afectará a millones de familias que dependen de estos recursos para alimentarse.


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