La comentarista Shanik Berman se encuentra en el centro de una polémica después de que sus declaraciones sobre el caso de Fofo Márquez, un youtuber recientemente condenado por feminicidio en grado de tentativa, desataran una ola de críticas en redes sociales y medios de comunicación. En una transmisión, Berman minimizó la gravedad de la agresión que Márquez cometió al golpear y patear a una mujer en plena vía pública, un acto que fue ampliamente condenado por su brutalidad.
Sin embargo, lo que realmente encendió la discusión fue el comentario de Berman, quien afirmó que este tipo de agresiones «pasan todos los días en las casas mexicanas». Esta declaración, lejos de aportar a la conversación sobre la violencia de género, abrió una nueva discusión sobre la normalización de este tipo de actos en ciertos sectores de la sociedad.
La normalización de la violencia: ¿Una declaración desafortunada o un reflejo de la realidad?
El caso de Fofo Márquez no solo generó indignación por la brutalidad de la agresión, sino que también sacó a la luz la preocupante cuestión de la violencia de género y la impunidad en muchos casos. Sin embargo, el comentario de Berman desvió la atención hacia un tema aún más profundo: la normalización de la violencia en la sociedad mexicana.
Berman, conocida por sus opiniones controvertidas, intentó aclarar que no estaba defendiendo las acciones de Fofo. A pesar de ello, sus palabras fueron interpretadas por muchos como una forma de restar importancia a un problema grave y urgente en el país. Al mencionar que «nada que no pase todos los días en México, y en cada casa», Berman pareció trivializar un tema que afecta a millones de mujeres en el país, haciendo que su comentario fuera percibido como insensible e irresponsable.
¿Es esta la realidad que vivimos?
La realidad es que la violencia de género es una problemática profundamente arraigada en muchas partes del mundo, y México no es la excepción. Según estadísticas recientes, 6 de cada 10 mujeres en México han experimentado algún tipo de violencia en sus vidas. Sin embargo, la idea de que esta violencia es «cotidiana» no debería justificarla ni restarle importancia. Las declaraciones de Berman, lejos de generar empatía o conciencia, contribuyen a normalizar la violencia y perpetuar el ciclo de agresiones en la sociedad.
Shanik Berman y el caso de Héctor Parra: ¿Un intento de comparar situaciones?
El escándalo se amplió cuando Berman vinculó el caso de Fofo Márquez con el de Héctor Parra, un actor que también ha estado en el ojo público debido a acusaciones legales por abuso. Berman destacó ciertas similitudes entre ambos casos, sugiriendo que, al igual que Parra, Márquez enfrentaba un scrutinio mediático y que, al final, sus acciones no deberían ser vistas como algo tan grave.
Comparar ambos casos solo sirvió para añadir confusión y desviar la atención de los hechos específicos relacionados con cada uno. Mientras que el caso de Fofo Márquez involucra una agresión pública y brutal, el de Héctor Parra involucra acusaciones legales que requieren un análisis más profundo y específico.
Reacción en redes sociales: ¿Por qué sus palabras fueron tan dañinas?
Los usuarios en redes sociales no tardaron en reaccionar con indignación ante los comentarios de Shanik Berman. Muchos destacaron lo peligrosa que resulta la normalización de la violencia y cómo este tipo de declaraciones pueden influir negativamente en la percepción pública sobre los casos de violencia de género. Los comentarios más destacados fueron:
- «Minimizar lo que hizo Fofo Márquez no solo es irresponsable, sino peligroso».
- «¿En serio, Shanik? Decir que esto ‘pasa diario en las casas mexicanas’ no es excusa para restarle importancia. Lo que necesitamos es alzar la voz contra la violencia, no justificarla».
Estas reacciones no solo evidencian la insensibilidad de Berman, sino también el descontento generalizado por la forma en que algunas figuras públicas contribuyen al perpetuar el ciclo de violencia.
¿Qué significa esta polémica para la sociedad?
El caso de Shanik Berman y sus declaraciones sobre Fofo Márquez son solo una muestra de un problema mucho más grande: la normalización de la violencia en la sociedad mexicana y en muchas otras partes del mundo. Comentarios como los de Berman pueden trivializar situaciones graves como la violencia doméstica, el abuso de poder y el feminicidio.
Lo que está en juego aquí no son solo las palabras de una comentarista, sino el mensaje que se envía a la sociedad: que la violencia contra las mujeres es algo que se puede ignorar o incluso justificar como parte de la «normalidad». La responsabilidad social recae sobre todos, especialmente sobre aquellos que tienen una gran influencia en los medios de comunicación y las redes sociales.
Reflexiones sobre la responsabilidad de los medios y figuras públicas
La responsabilidad social es clave cuando se trata de temas tan serios como la violencia de género. Los comentarios de Shanik Berman no solo fueron insensibles, sino que reflejan una falta de conciencia sobre el impacto que sus palabras pueden tener en un público amplio. Para erradicar la violencia de género, es fundamental alzar la voz, no justificarla y, sobre todo, tomar medidas para evitar su normalización. Las figuras públicas tienen el poder de influir en las personas, y es vital que usen esa influencia para promover el respeto y la igualdad, no para trivializar los problemas graves de la sociedad.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil


TE PODRÍA INTERESAR