Superman (2025): Por Qué el Mundo Necesita Desesperadamente un Héroe que Vuelva a Ser Bueno
Estrenada apenas hace unos días, el 11 de julio, la nueva versión del Hombre de Acero protagonizada por David Corenswet ha aterrizado en un panorama cultural muy distinto al de sus predecesores. Ya no estamos en la era post-9/11 que demandaba héroes torturados y realismo sombrío. Hoy, en 2025, vivimos en la resaca de una pandemia, polarización política extrema y una crisis de confianza en casi todas las instituciones. El mensaje oculto de esta película no reside en su trama, sino en su propia existencia.
El Fin del «Super-Cinismo»: Un Héroe sin Comillas
El arquetipo del superhéroe en la última década ha sido el del dios imperfecto, el vigilante quebrado o el ídolo caído. Películas como Joker, series como The Boys e incluso las encarnaciones previas del propio Superman en el DCEU se han enfocado en desmantelar el mito, en mostrarnos el barro bajo la capa. Fue un ejercicio necesario para madurar el género, pero quizá, nos excedimos.
El ‘Superman’ de Gunn parece rechazar esta premisa. Basado en cómics como «All-Star Superman», la narrativa se centra en un Clark Kent que ya es Superman, un faro de esperanza establecido para Metrópolis. Su principal conflicto no parece ser una duda existencial sobre su lugar en el mundo, sino cómo mantener su integridad y bondad frente a un mundo que las pone a prueba constantemente.
La elección de centrarse en «la verdad, la justicia y un mañana mejor» no es nostalgia barata; es un diagnóstico cultural. La película sugiere que la verdadera radicalidad hoy en día no es la violencia o la oscuridad, sino la decencia inquebrantable. Es un Superman que no necesita ser «arreglado» o «modernizado» con una capa de cinismo para ser relevante. Su relevancia proviene de ser un ideal, un recordatorio de lo que podríamos ser.
Un Espejo de Nuestras Propias Aspiraciones
El éxito o fracaso de ‘Superman’ no dependerá solo de su taquilla, sino de su capacidad para conectar con un público agotado. Un público que, día a día, se ve bombardeado por noticias que confirman sus peores miedos sobre la naturaleza humana. Ver a un personaje que elige la compasión sobre la fuerza, que inspira en lugar de intimidar, actúa como un bálsamo y una aspiración.
Este Superman no es ingenuo; es una elección. Es la elección de creer en los demás, de ayudar por el simple hecho de que es lo correcto. En el complejo mundo de 2025, este mensaje, en su aparente simplicidad, es quizás la idea más poderosa y subversiva que un blockbuster de superhéroes podría ofrecernos.
¿Estamos listos para volver a creer en héroes? ‘Superman’ apuesta todo a que la respuesta es un rotundo sí. Y esa apuesta, por sí sola, ya es un acto de heroísmo cultural.
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