En el mundo del cine, muchos actores prefieren dejar las escenas peligrosas a sus dobles profesionales. Pero hay quienes van más allá. Tom Cruise, sin duda, se ha convertido en el emblema del riesgo físico real en pantalla, siendo protagonista de algunas de las acrobacias más extremas jamás realizadas en una superproducción… sin usar un doble.
Su compromiso con la verosimilitud lo ha llevado a colgarse de aviones en pleno despegue, a escalar rascacielos, a pilotar helicópteros y a correr con huesos rotos. En su carrera, hay escenas que pudieron costarle la vida, pero que también elevaron su leyenda como uno de los actores más audaces de Hollywood.
Colgado de un avión real en Misión Imposible: Nación Secreta
Uno de los momentos más impactantes del cine moderno ocurre en los primeros minutos de Misión Imposible: Nación Secreta (2015), cuando Ethan Hunt queda colgado del exterior de un avión Airbus A400M mientras este despega.
Lo que parece una elaborada secuencia de efectos especiales fue, en realidad, una acrobacia real. Tom Cruise se ató con arneses a la puerta del avión y voló colgado a más de 1,500 metros de altura, con solo lentes de contacto para proteger sus ojos del viento.
El avión despegó y aterrizó ocho veces hasta que se obtuvo la toma perfecta. Cruise insistió en hacerla personalmente porque no confiaba en que los efectos visuales pudieran transmitir la misma sensación.
Escalando el Burj Khalifa sin doble en Protocolo Fantasma
En Misión Imposible: Protocolo Fantasma (2011), Cruise realizó otra hazaña al escalar el Burj Khalifa en Dubái, el edificio más alto del mundo. A más de 800 metros de altura, se colgó de las ventanas usando guantes de succión y cables de seguridad. Las tomas fueron reales, y los técnicos tuvieron que crear arneses personalizados para garantizar que el actor pudiera actuar con movilidad en condiciones extremas.
Las imágenes fueron tan impactantes que ayudaron a promocionar la película como un espectáculo visual sin precedentes, y consolidaron a Tom Cruise como una figura dispuesta a llevar el realismo del cine de acción al límite.
Cuando se rompió el tobillo… y siguió corriendo
En Misión Imposible: Repercusión (2018), durante una escena en la que Ethan Hunt salta entre dos edificios, Cruise se fracturó el tobillo al no lograr aterrizar correctamente. La cámara seguía rodando y él, a pesar del dolor, se levantó y terminó la escena cojeando.
Ese fragmento fue incluido en la versión final de la película. El accidente forzó una pausa de producción de varias semanas, pero Cruise aprovechó el incidente para demostrar —una vez más— su resistencia física y su profesionalismo absoluto.
Otros actores que también arriesgaron el físico
Si bien Tom Cruise es el más conocido por sus escenas sin dobles, no es el único actor que ha llevado su cuerpo al límite:
- Jackie Chan ha sufrido múltiples lesiones graves, incluyendo fracturas de cráneo, pelvis y piernas.
- Charlize Theron entrenó durante meses y se lesionó las costillas filmando Atómica.
- Keanu Reeves realiza la mayoría de sus escenas de acción en la saga John Wick.
- Daniel Craig también sufrió varias lesiones durante las grabaciones de James Bond, incluyendo una cirugía en la rodilla.
Estos actores no solo buscan mayor realismo, sino también ofrecer una experiencia cinematográfica más visceral y auténtica.
¿Héroes o temerarios?
La discusión sobre si los actores deberían asumir estos riesgos sigue vigente. Muchos expertos en seguridad consideran que estos actos, aunque impresionantes, ponen en juego vidas innecesariamente y pueden generar una presión peligrosa sobre la industria.
Sin embargo, también es cierto que esas escenas auténticas marcan una diferencia emocional con el espectador. Ver a Tom Cruise realmente suspendido del costado de un avión no se compara con una escena generada por computadora. La tensión es real, y eso se transmite.
Las tomas que casi matan a Tom Cruise no son solo acrobacias: son declaraciones de amor al cine. Con cada salto, cada escalada y cada herida, el actor redefine los límites del realismo en pantalla. En un mundo cada vez más dominado por efectos digitales, su apuesta por lo físico y tangible lo convierte en una figura única del cine de acción moderno.


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