El original guion de Toy Story es una de las historias menos conocidas —y más sorprendentes— en la historia del cine animado. Hoy, cuando Disney Pixar presentó el adelanto oficial de Toy Story 5, con Woody, Buzz y Jessie de regreso, pocos recuerdan que estos personajes estuvieron a un paso de jamás convertirse en los héroes que el mundo ama.
La nueva entrega trae consigo nostalgia, humor y desafíos modernos, incluyendo a Lilypad, una tableta inteligente con forma de rana que se perfila como la amenaza digital que pondrá en aprietos a los juguetes. Sin embargo, mientras los fans celebran, vale la pena mirar hacia atrás: Pixar estuvo a pocas semanas de arruinarlo todo.
En el guion original, Woody era todo lo contrario a lo que conocemos hoy. No era leal, no era noble, no era amable. Era… insoportable.
El original guion de Toy Story y el Woody que nunca vimos
En 2015, John Lasseter y Ed Catmull revelaron la verdad: el Woody inicial era un personaje oscuro, desagradable, manipulador y cruel. Durante una charla en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Lasseter fue directo:
“Woody era un imbécil”.
Lo dijo así, sin filtros. Y tenía razón. El Woody del guion original era un muñeco ventrílocuo altanero, inspirado en los héroes duros de John Wayne pero sin su carisma. Más que un líder, era un tirano que disfrutaba humillar a los demás juguetes.
Cuando Buzz Lightyear llegaba por primera vez, Woody no actuaba por celos inocentes: planeaba meterlo de nuevo en su empaque frente a Andy y los demás juguetes. No había humor, no había ternura; había egoísmo y manipulación. Disney quedó horrorizado.

El desastre de la primera proyección
A mediados de los noventa, Pixar aún era un estudio pequeño que apostaba por el CGI como su carta al futuro. Dependían de Disney para financiar Toy Story. Pero cuando mostraron el guion original, lo que obtuvieron fue una lluvia de críticas:
“Oscuro.”
“Desagradable.”
“Imposible de amar.”
Los ejecutivos no podían creer que un protagonista animado pudiera ser tan cruel. Y, peor aún, nadie en el público conectaría con él.
La relación entre Woody y Buzz era tóxica, llena de sarcasmo y desprecio. No había alma, no había corazón. Los productores amenazaron con cancelar el proyecto.
Lasseter lo recuerda como un golpe devastador. Pero también como el momento que los obligó a reinventarse.
La reinvención que salvó la película
Ante la posible cancelación, Pixar reescribió la película completa en solo dos semanas.
Transformaron a Woody. Lo hicieron vulnerable, inseguro, celoso, sí, pero capaz de aprender, equivocarse y redimirse. Le dieron humanidad.
Buzz pasó de ser un antagonista accidental a un compañero de viaje emocional.
Y la historia dejó de lado el tono cínico del guion original para convertirse en el relato cálido, divertido e inolvidable que el mundo conoció en 1995.
Ed Catmull lo resumió de forma perfecta:
“No queríamos complacer a Disney. Queríamos hacer la película que queríamos ver.”
El legado que nació del caos creativo
El éxito fue monumental. Toy Story recaudó más de 360 millones de dólares con un presupuesto de 30 millones. Y no solo conquistó al mundo: cambió para siempre la industria del cine animado.
Las secuelas fueron aún más grandes:
- Toy Story 2 (1999), una reflexión sobre identidad, pertenencia y miedo al abandono
- Toy Story 3 (2010), una obra maestra emocional nominada al Óscar a Mejor Película
- Toy Story 4 (2019), redefinida como una historia de amor entre Woody y Bo Peep
Hoy, con Toy Story 5 en camino, la franquicia demuestra su vigencia emocional y comercial.
Y todo esto sucedió porque Pixar tuvo el valor de destruir el guion original antes de que destruyera la película.
A mitad de este viaje creativo, el guion original se convirtió en el monstruo que Pixar debía vencer. Y lo venció.
El guion original que casi destruye un clásico
El regreso de Woody en Toy Story 5 nos recuerda que estos personajes han sobrevivido más que el paso del tiempo: sobrevivieron al guion original que casi los condena para siempre.
Gracias a aquel giro de timón creativo, Woody dejó de ser un villano autoritario para convertirse en uno de los héroes más queridos del cine. Y ese acto de reinvención no solo salvó una película: dio inicio a la saga animada más influyente de la historia.Y así, como empezó esta historia, también termina: celebrando que el guion original quedó en el pasado… y que Pixar eligió la versión que cambiaría el mundo.


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