La esperada bioserie de Chespirito ha reavivado la nostalgia, pero también una amarga controversia. Florinda Meza, su viuda y colaboradora clave, denuncia públicamente lo que considera falsedades en una batalla por el legado del comediante.
El estreno de ‘Chespirito: Sin querer queriendo’ en la plataforma Max se posicionó como uno de los eventos culturales más significativos del año en Latinoamérica, prometiendo una mirada íntima a la vida del legendario comediante Roberto Gómez Bolaños. Sin embargo, la producción, respaldada por su hijo Roberto Gómez Fernández, ha chocado frontalmente con una de las figuras más importantes de su historia: su viuda, Florinda Meza.
La batalla por la narrativa: El origen del Chapulín Colorado
El punto más álgido de la controversia se centra en un hecho aparentemente simple pero fundamental: la creación de El Chapulín Colorado. La serie presenta una narrativa dramática en la que Gómez Bolaños graba un piloto en secreto y se enfrenta a un ejecutivo hostil para sacar adelante al personaje.
Florinda Meza ha desmentido categóricamente esta versión. A través de sus redes sociales, afirmó que la realidad fue muy distinta y, para respaldar su dicho, citó la fuente definitiva: la autobiografía de su propio esposo.
«Roberto creó al Chapulín mucho antes de pensar en ser actor. De hecho, lo ofreció a varios comediantes famosos de la época y ninguno lo consideró gracioso. Fuente: Autobiografía de Roberto Gómez Bolaños ‘Sin querer queriendo, Memorias’ Páginas 205 y 206.» – Declaración de Florinda Meza.
Esta disputa no es un detalle menor. Representa una lucha por el control del legado de Chespirito. Al citar directamente el libro de Gómez Bolaños, Meza se posiciona como la guardiana de la «verdad» documentada, frente a lo que ella considera la «ficción con licencia creativa» de la serie.
«No es su historia, es marketing»: Acusaciones de falsedad y ausencias notables
Las críticas de Meza van más allá de un solo personaje. Ha declarado que la serie «falsea hechos solo para vender» y que no se trata de un homenaje, sino de «marketing con cara de homenaje». Su descontento se ve agravado por el hecho de no haber sido consultada como asesora creativa, a pesar de su rol central en la vida y obra de Chespirito. Además, ha expresado su preocupación por el uso de su imagen sin consentimiento, abriendo la puerta a posibles acciones legales.
La producción parece haber tomado precauciones para evitar conflictos con otras figuras clave. Personajes como Carlos Villagrán (Quico) y María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina) no aparecen con sus nombres reales en la serie, sino con seudónimos como «Marcos Barragán». Esta decisión sugiere una estrategia para dramatizar sus conflictos con Gómez Bolaños sin enfrentar disputas legales directas, reflejando las tensiones que persisten décadas después.
Las sombras que la serie sí explora
A pesar de estas omisiones y alteraciones, la producción no evade todos los temas espinosos. Según críticos y análisis de la trama, la serie sí aborda aspectos controvertidos de la vida de Chespirito, muchos de los cuales él mismo documentó en su autobiografía. Entre ellos se encuentran:
* Conflictos laborales y disputas por derechos de los personajes con otros miembros del elenco.
* El sensible triángulo amoroso entre Gómez Bolaños, su primera esposa Graciela Fernández y la propia Florinda Meza.
* Las polémicas giras por países bajo dictaduras militares, como su criticada presentación en el Chile de Augusto Pinochet.
Este enfoque selectivo de la controversia parece ser una estrategia calculada: se abordan los conflictos de dominio público para dar una apariencia de honestidad, mientras se alteran o evitan aquellos donde los involucrados directos podrían refutar la narrativa de manera contundente.
El legado de un ídolo en disputa
‘Chespirito: Sin querer queriendo’ ha demostrado ser más que una simple serie biográfica. Ha reabierto viejas heridas y ha encendido un debate fundamental: ¿quién tiene el derecho de contar la historia de un ícono popular?
La producción enfrenta a los espectadores a un dilema: ¿debe una biopic tomarse licencias creativas en nombre del drama, o tiene la obligación de adherirse estrictamente a los hechos, especialmente cuando los protagonistas de esa historia, como Florinda Meza, aún viven para contar su versión? El legado de Chespirito, al parecer, sigue escribiéndose y disputándose, sin querer queriendo.


TE PODRÍA INTERESAR