“La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”, decía El Chavo. Una frase que hoy resuena más que nunca tras el estallido público de Florinda Meza. La icónica actriz, viuda de Roberto Gómez Bolaños, rompió el silencio luego de ver el polémico episodio 7 de Sin querer queriendo, la serie de HBO Max sobre la vida del creador de El Chavo del 8.
La producción, liderada por Paulina y Roberto Gómez Fernández, ha generado un amplio debate. Para muchos, es un retrato humano y conmovedor de un genio del humor. Pero para Meza, es una traición.
El capítulo de la discordia: ¿qué pasó en Acapulco?
El episodio titulado “Con melón o con sandía” revive uno de los momentos más comentados en la historia de Chespirito: su separación de Graciela Fernández, su primera esposa. La narrativa sugiere que la ruptura se dio en Acapulco, mientras se grababa el entrañable especial de El Chavo del 8. En la ficción, la tercera en discordia fue Florinda Meza, interpretada por el personaje de Margarita Ruiz.
Lejos de la nostalgia, para Florinda el capítulo representa una “mancha” en la historia que millones de personas atesoran. “Una de las cosas que más tristeza me da es que hayan escogido ese capítulo tan querido por el público para mancharlo con tantas mentiras”, escribió en sus redes sociales.
Florinda Meza responde: “La verdad fue otra”
En su cuenta de Instagram, Meza ha respondido directamente a decenas de usuarios que le expresan su apoyo o le cuestionan lo mostrado en la serie. Ante una seguidora argentina que preguntó si realmente “en Acapulco se pudrió todo”, la actriz fue contundente:
“El programa y los personajes son un tesoro muy valioso en el corazón de millones. Eso hay que cuidarlo, protegerlo, no ensuciarlo con melodramas vulgares que solo existen en su imaginación.”
Aunque no mencionó de forma directa a los hijos de Chespirito, el mensaje apuntó claramente a Paulina y Roberto Gómez Fernández, a quienes muchos señalan como los responsables del giro dramático en la historia.
¿Habrá demanda por daño moral?
Florinda Meza negó haber iniciado acciones legales, pero no descartó hacerlo. En respuesta a una fan, dijo que existen elementos jurídicos para considerar una demanda por daño moral. Aclaró que no busca venganza, sino proteger el legado de quien fuera su pareja por décadas.
Más allá de la polémica: ¿qué está en juego?
La disputa no es solo sobre cómo se cuenta una historia. Es un conflicto entre memoria y narrativa, entre el derecho a recordar y el derecho a reinterpretar. ¿Hasta dónde puede llegar la ficción cuando se trata de figuras públicas tan queridas?
La respuesta aún no está clara. Pero lo cierto es que Florinda Meza ha encendido un debate que apenas comienza, y que obliga a repensar cómo se construyen los relatos detrás de los íconos de la televisión.
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