viernes, diciembre 19, 2025

Sería un desastre para el cine: James Cameron arremete contra Netflix

James Cameron advierte que si Netflix compra Warner Bros. sería un desastre para el cine y la experiencia en salas, defendiendo la importancia del modelo tradicional.

Cuando James Cameron usa la expresión desastre para el cine, Hollywood escucha. No porque sea uno de los directores más taquilleros de la historia, sino porque rara vez habla sin convicción. Esta vez, el creador de Avatar y Terminator volvió a encender la conversación global al asegurar que una posible compra de Warner Bros. por parte de Netflix sería, literalmente, un golpe letal para la experiencia cinematográfica.

Su declaración cayó como bomba en medio de tensiones reales: Warner puso sobre la mesa la posibilidad de ser adquirida, Netflix ha mostrado interés en expandirse más allá del streaming y Paramount aparece como otro competidor fuerte. Y Cameron, desde su silla de leyenda viva, no piensa quedarse callado.

¿Por qué para James Cameron sería un “desastre para el cine”?

La historia que contó Cameron durante una charla en The Town con Matt Belloni comienza con una preocupación que atraviesa a toda la industria: si Netflix toma control de Warner, muchas producciones quedarían relegadas a la pantalla chica. Y para un amante absoluto de las salas, eso es inaceptable.

“Netflix sería un desastre. Lo siento, Ted”, dijo Cameron sin rodeos. La crítica directa a Ted Sarandos surgió cuando recordó que el propio CEO ha declarado que “la exhibición en cines está muerta”. Para Cameron, esa idea no solo es peligrosa: es casi sacrílega.

Mientras hablaba, el cineasta sonaba más como alguien que defiende un templo que como un ejecutivo preocupado por números. Y es que, según él, una película nace para salas: sin su estreno masivo, sin su experiencia colectiva, sin esa magia que convierte a una historia en algo más grande que el espectador, simplemente no es cine.

El choque cultural: cines vs streaming

A mitad de su intervención, Cameron retomó su argumento central y volvió a mencionar la idea de un desastre para el cine, explicando que Netflix podría reducir los estrenos a una semana en salas solo para cumplir requisitos técnicos de los Oscars.

Para él, eso es “podrido hasta la médula”.

Desde su perspectiva, la Academia ha perdido parte de su esencia al aceptar lo que considera “estrategias de trámite” por parte de plataformas que no creen realmente en las salas. Su solución fue igual de directa:

“Deberían competir si estrenan la película en 2,000 salas durante un mes”.

Es decir, si Netflix quiere jugar, que juegue bajo las mismas reglas que todos los demás.

Paramount, la opción “salvadora” según Cameron

Cameron cree que si una compañía debe adquirir Warner Bros., esa es Paramount. Para él, la esencia cinematográfica sigue viva ahí y las salas continúan siendo prioridad. No se trata solo de negocios: es una defensa emocional, histórica y artística del cine como ritual cultural.

Lo curioso es que Cameron no suele alinearse tan claramente con ninguna corporación. Si lo hace esta vez, dice él, es por una simple razón: sería la única forma de evitar que el modelo de exhibición se desmorone ante una compañía que basa su éxito en el consumo individual, doméstico y —según sus palabras— anticinematográfico.

¿Tiene razón James Cameron?

La discusión no es nueva. Hollywood entero lleva una década debatiendo cómo sobrevivir en un ecosistema donde el streaming domina, el público cambia y los estudios atraviesan turbulencias financieras. Pero la voz de Cameron pesa porque él ha demostrado que el cine puede seguir llenando salas con historias originales, largas y espectaculares.

Y aunque algunos lo han acusado de exagerado, lo cierto es que muchos directores comparten el miedo: si los gigantes del streaming adquieren estudios históricos, la frontera entre cine y contenido podría desaparecer.

Ese es, en esencia, el desastre para el cine que Cameron quiere evitar.

El impacto en Hollywood y lo que viene

Hollywood está en un momento decisivo. Warner busca reestructurar su futuro. Netflix quiere expandir su dominio global. Paramount lucha por sobrevivir. Y en medio del caos, James Cameron levanta la mano para recordar lo que está en juego: la experiencia en salas como pilar cultural del cine.

Puede sonar romántico, nostálgico o incluso anticuado, pero su mensaje captura una angustia real para productores, directores, actores y exhibidores que ven sus modelos desaparecer.

Y así, mientras el mercado especula y las negociaciones continúan, quedan tres certezas:

  1. Netflix podría ser favorito en números,
  2. Paramount tiene historia a su favor,
  3. Y James Cameron está dispuesto a advertir que la decisión equivocada sería un auténtico desastre para el cine.
Owen Michell
Owen Michell
Owen Michell es nuestro editor especializado en noticias digitales, con un profundo conocimiento en identificar tendencias y desarrollar contenido de consulta. Su experiencia en el panorama digital le permite brindar información relevante y atractiva para nuestra audiencia. Su pericia en el ámbito de las noticias digitales contribuye a la autoridad y actualidad de nuestro sitio.
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