El pasado 4 de julio, Día de la Independencia de EE. UU., Bad Bunny lanzó “NUEVAYoL”, un video cargado de simbolismo político y cultural. Desde una disculpa falsa de Trump con IA hasta la bandera de Puerto Rico en la Estatua de la Libertad, analizamos su potente mensaje.
El video es mucho más que un acompañamiento visual para una canción de su aclamado álbum ‘DeBÍ TiRAR MáS FOToS’; es un manifiesto político, un homenaje a la diáspora puertorriqueña y una crítica directa a las políticas migratorias en Estados Unidos, con Donald Trump como figura central de la sátira.
El videoclip, que rápidamente se volvió viral, teje una narrativa compleja a través de símbolos poderosos, referencias históricas y un mensaje de unidad que ha resonado profundamente en la comunidad latina y ha generado un intenso debate en redes sociales.
La voz de la controversia: ¿Una disculpa de Trump?
Uno de los momentos más comentados y disruptivos del video es la inclusión de un audio, transmitido a través de una radio, que utiliza una voz generada por inteligencia artificial para emular a Donald Trump. En la grabación, esta voz pide disculpas a la comunidad migrante:
“Cometí un error, quiero pedir disculpas a los inmigrantes en América, quiero decir en Estados Unidos. Sé que América es todo el continente. Quiero decir que este país no es nada sin los inmigrantes. Este país no es nada sin los mexicanos, puertorriqueños, colombianos, venezolanos, cubanos…”.
La transmisión es interrumpida por uno de los jóvenes en el video, quien apaga la radio en un gesto de resistencia y escepticismo. Este recurso no solo introduce una crítica directa a las políticas migratorias asociadas con Trump, sino que también juega con la idea de la desinformación y la sátira, utilizando la propia tecnología de IA, a menudo vista como una herramienta de deepfakes, para subvertir un discurso político. La acción de apagar la radio simboliza un rechazo a las palabras, independientemente de su contenido, sugiriendo que la confianza se ha roto de manera irreparable.
Símbolos de resistencia y orgullo boricua
El video está plagado de simbolismo que refuerza un mensaje de orgullo cultural y resistencia. La imagen más poderosa es, sin duda, la bandera de Puerto Rico cubriendo la corona de la Estatua de la Libertad. Esta no es una imagen original; es una referencia directa al acto de protesta del activista puertorriqueño Tito Kayak, quien en el año 2000 escaló el monumento para colocar la bandera boricua como un reclamo por la salida de la Marina de EE. UU. de Vieques y la independencia de la isla.
“Bad Bunny, conocido por su postura crítica hacia el colonialismo, usa este símbolo para cuestionar la relación de Puerto Rico con EE. UU.”.
Este acto visual resignifica uno de los mayores símbolos de la libertad estadounidense, planteando la pregunta sobre qué significa esa libertad para un territorio no incorporado como Puerto Rico y para las comunidades latinas en general.
Además, el video recrea escenas costumbristas de la vida boricua en Nueva York, como una fiesta de quinceañera que termina en un caos agridulce y partidas de dominó en la calle, elementos que la diáspora ha mantenido vivos como parte de su identidad cultural. La propia canción samplea el clásico de la salsa «Un verano en Nueva York» de El Gran Combo, conectando la experiencia de los migrantes de los años 70 con la realidad actual.
“¿Y este frío cuándo se acaba?”: Una metáfora climática y política
El video comienza con Bad Bunny caminando sobre la nieve mientras se pregunta: «¿Y este frío cuándo se acaba, diablo?». Analistas y fans han interpretado esta línea no solo como una referencia literal al clima de Nueva York, contrastante con el Caribe, sino como una metáfora del «frío» ambiente político y social que enfrentan los inmigrantes en Estados Unidos.
La Estatua de la Libertad, que en el video aparece cansada y agotada, sostiene la bandera de Puerto Rico, reforzando la idea de que los ideales de oportunidad y bienvenida se han desgastado, especialmente para ciertas comunidades.
La recepción: Un fenómeno viral y de debate
La reacción al video fue inmediata y masiva. En plataformas como TikTok, X y YouTube, el debate se encendió, con usuarios elogiando la valentía del artista por usar su plataforma para un mensaje tan contundente, mientras otros criticaban la politización de su música.
El lanzamiento estratégico el 4 de julio fue visto como un “acto político en forma de ritmo”, un desafío a las narrativas dominantes sobre el patriotismo y la identidad nacional.
El video finaliza con un mensaje unificador en pantalla: “Juntos somos más fuertes”. Esta declaración encapsula el propósito central de NUEVAYoL: no es solo una canción sobre la vida en Nueva York, sino un llamado a la unidad y la resistencia de la comunidad latina frente a la adversidad. Bad Bunny, una vez más, demuestra que la cultura pop puede ser un poderoso vehículo para el comentario social, generando una conversación que trasciende fronteras y divisiones políticas.


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