La piratería en México representa un desafío económico y social de gran magnitud. Para dimensionar la gravedad del problema, es fundamental revisar algunas cifras clave que revelan su profundo impacto. Las estimaciones actuales son alarmantes y ubican al país en una posición poco envidiable dentro de la región.
Los altos niveles de piratería en México lo colocan firmemente en el primer sitio de toda América Latina, superando por mucho a otras economías grandes. Se estima que el comercio ilícito de mercancía, que incluye falsificación y contrabando, puede llegar a representar hasta un 8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Esta impactante cifra fue reportada por la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual (Asipi), destacando la escala del mercado negro. Para ponerlo en perspectiva, este porcentaje es el doble del 4% que representa la piratería en Brasil, su competidor regional más cercano.
El costo económico para México es monumental. Se calcula que el valor de este comercio ilegal supera los 63 mil millones de dólares anuales. Además, estas actividades generan pérdidas considerables para el fisco, que ascienden a más de 18 mil millones de dólares que dejan de ingresar al país.
Factores institucionales que explican por qué México tiene el primer lugar en piratería
Según el estudio «El Impacto de la Falsificación en Latinoamérica» de la Asipi, uno de cada tres productos que se venden en México procede del mercado ilegal. Esto incluye tanto la falsificación directa como el contrabando de bienes no declarados. La penetración en el mercado es alarmante.
Las áreas que sufren las mayores afectaciones incluyen sectores sensibles como las autopartes, los productos farmacéuticos y la ropa. Además, se estima que más del 10% del mercado de bebidas alcohólicas es falsificado. Esto se suma a la circulación de millones de medicamentos falsos.
El problema de estos productos ilegales, especialmente los farmacéuticos, es que se venden sin ningún tipo de control sanitario, poniendo en riesgo la salud pública. La Asipi ha identificado varios factores que explican la prevalencia y por qué México tiene el primer lugar en piratería.
Durante el Seminario «El rol de la propiedad industrial en el fortalecimiento y crecimiento del PIB de las economías latinoamericanas», se explicó la raíz del problema. La «tolerancia institucional» y la «baja probabilidad de sanción» son elementos clave.
Estos factores, según la organización, alimentan la percepción generalizada de que el comercio ilícito es una actividad de bajo riesgo y alta rentabilidad. Además, señalaron que la escasez de campañas educativas limita la conciencia pública sobre el impacto económico y sanitario.
El presidente de la Asipi, Matías F. Noetinger, argumentó que, a pesar de que México posee marcos regulatorios que son relativamente sólidos, su efectividad se ve comprometida. Estos marcos son debilitados por la permeabilidad que existe en las aduanas, una gran preocupación nacional.
A esto se suma la creciente participación del crimen organizado en estas actividades, que utiliza la piratería como fuente de financiamiento. También influye la aplicación de sanciones poco efectivas que no disuaden a los infractores.
Esfuerzos de combate y el reto de la piratería digital
Noetinger consideró que para atacar la raíz de por qué México tiene el primer lugar en piratería, se requieren varias acciones coordinadas. Entre ellas, destacó la necesidad de mayor control en las aduanas fronterizas, que son puntos clave de entrada de mercancía ilegal.
También es esencial la realización de campañas de concientización pública que eduquen sobre los riesgos. Finalmente, es crucial implementar sanciones más severas y efectivas para castigar al infractor de forma contundente.
Por su parte, la directora divisional de protección a la propiedad intelectual del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Carolina Pérez Luna, compartió los esfuerzos del gobierno. Desde el tercer trimestre del año pasado, se implementó la llamada «Operación Limpieza».
Del 1 de octubre de 2024 al 10 de diciembre de 2025, se llevaron a cabo 20 operativos magnos. En total, se aseguraron 7 millones 787 mil 605 productos apócrifos, cuyo valor estimado ascendió a 934 millones de pesos. Este esfuerzo subraya la magnitud de la piratería.
De acuerdo con el IMPI, la tendencia actual muestra que la piratería física, aunque sigue siendo un problema, está siendo desplazada. El nuevo desafío es la venta de productos falsificados a través de plataformas digitales y el comercio electrónico.
Pérez Luna afirmó que el reto más grande para el 2026 es atacar de frente la piratería digital. Esto se debe a que los productos piratas ya no se encuentran solo en tiendas, mercados o tianguis, sino que dominan el comercio en línea.
El director general del IMPI, Santiago Nieto, indicó que la institución trabaja en distintos frentes para abordar el problema. Además de los operativos contra la piratería y el contrabando, se fomenta activamente el registro y protección de patentes y marcas.
Expuso que en lo que va del 2025, se registraron más de 900 patentes, con 181 pendientes de otorgarse. Por lo tanto, se podría cerrar el presente año con un total aproximado de mil patentes registradas, un avance en la protección de la innovación.
Agregó que el crecimiento económico se impulsará también fomentando el registro de productos a través de indicaciones geográficas y denominaciones de origen. Esto tiene como objetivo aumentar la actividad productiva y la legalidad en las localidades.


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