Rusia intensifica su programa lunar con siete misiones automáticas
El sueño de conquistar el espacio vuelve a cobrar fuerza en Rusia. El proyecto federal “Ciencia espacial” contempla el envío de siete estaciones interplanetarias automáticas a la Luna antes de 2036. Así lo confirmó Lev Zeliony, director científico del Instituto de Investigaciones Espaciales, quien detalló que estas misiones tendrán como objetivo ampliar el conocimiento sobre la exósfera, la topografía, el campo gravitatorio y el suelo lunar.
El anuncio refleja la ambición rusa de reposicionarse en la carrera espacial, apostando por la ciencia y la exploración automatizada, sin recurrir a misiones tripuladas al menos en las próximas dos décadas.
La misión Luna-26: el primer paso hacia una nueva era
El primer hito de este programa será el lanzamiento de la misión Luna-26, prevista para 2028. Esta nave orbitará la Luna con un objetivo triple: estudiar la exósfera, analizar el campo gravitatorio y elaborar un mapa topográfico de alta precisión. Se trata de una misión esencial, ya que sentará las bases para las futuras expediciones que buscarán puntos de aterrizaje seguros en los polos lunares.
Para los científicos rusos, el valor de esta misión va más allá de los datos científicos. Representa la primera pieza de un engranaje mayor: la construcción de un programa sostenido de exploración lunar.
Polos lunares bajo la lupa: Luna-27A y Luna-27B
Después de Luna-26, llegará el turno de Luna-27A y Luna-27B, dos naves gemelas que explorarán los polos de la Luna. Una se dirigirá al polo sur y la otra al polo norte, aunque aún se debate cuál será prioritaria.
Lev Zeliony explicó que las condiciones de ambos polos son similares, pero el relieve del polo norte es más complejo. De ahí que algunos científicos defiendan iniciar la exploración en esa región para enfrentar mayores retos técnicos y científicos desde el comienzo.
Estas misiones buscarán confirmar posibles sitios de aterrizaje y evaluar la disponibilidad de recursos naturales en los polos, donde se han detectado depósitos de agua en forma de hielo.
La Luna-28 y la meta de traer suelo lunar
Otra de las piezas clave del programa será la misión Luna-28, diseñada con un objetivo histórico: recolectar y transportar suelo lunar. El análisis de estas muestras permitirá comprender mejor la composición de nuestro satélite y avanzar en la investigación sobre el origen del sistema solar.
El reto no será menor, pues implica desarrollar tecnología capaz de descender en la Luna, recoger material y enviarlo de vuelta a la Tierra.
Ciencia espacial: más allá de la Luna
El proyecto federal “Ciencia espacial” no se limita a la exploración lunar. También incluye expediciones astrofísicas enfocadas en el estudio del cosmos profundo, aunque por ahora el énfasis está puesto en consolidar la presencia rusa en la Luna.
De acuerdo con Zeliony, no existen planes para misiones tripuladas rusas hasta 2036, lo que significa que al menos durante la próxima década la apuesta estará centrada en el poder de las sondas y estaciones automáticas.
Rusia y la nueva carrera espacial
El anuncio llega en un contexto global en el que la Luna vuelve a ser un objetivo prioritario. Estados Unidos, China, India y Japón han lanzado programas lunares propios, y Rusia busca recuperar protagonismo con su enfoque científico y automatizado.
El envío de siete misiones antes de 2036 no solo es un reto tecnológico, sino también un mensaje geopolítico: Rusia quiere demostrar que aún tiene un papel relevante en la exploración espacial.


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