OpenAI, creadora de ChatGPT, explora su entrada al sector de la salud con el desarrollo de nuevas herramientas médicas basadas en inteligencia artificial generativa. La empresa busca ampliar su impacto en la vida cotidiana de los usuarios y diversificar sus servicios más allá del chatbot conversacional que la hizo famosa.
Según un informe publicado por Business Insider, OpenAI evalúa la creación de un asistente personal de salud que pueda ofrecer apoyo en la gestión médica, el seguimiento de tratamientos o la organización de información clínica, sin sustituir la labor de un médico profesional.
OpenAI refuerza su equipo con expertos del sector sanitario
El interés de OpenAI por el ámbito médico se ha hecho evidente con nuevas contrataciones estratégicas. En junio, la compañía incorporó a Nate Gross, cofundador de la red de médicos Doximity, como responsable de estrategia sanitaria. Unos meses después, en agosto, se unió Ashley Alexander, exejecutiva de Instagram, como vicepresidenta de productos sanitarios.
Durante la conferencia HLTH 2025, celebrada en octubre, Gross señaló que ChatGPT atrae semanalmente a más de 800 millones de usuarios activos, una cifra impresionante que refleja el creciente interés del público por herramientas digitales de consulta, incluso en temas de salud. Sin embargo, la empresa aclaró que no puede ofrecer consejos médicos, ya que esto requiere una licencia profesional.
ChatGPT ya no puede ofrecer asesoría médica, legal o financiera
OpenAI actualizó recientemente sus políticas de uso para dejar claro que ChatGPT no puede ser utilizado como sustituto de un médico, abogado o asesor financiero. Esta restricción busca proteger a los usuarios de errores o interpretaciones inexactas en temas que implican riesgos personales o legales.
De acuerdo con las nuevas normas, el modelo de IA solo puede brindar información general o educativa, pero no diagnósticos, tratamientos ni recomendaciones terapéuticas. La empresa subraya que su tecnología debe complementar la experiencia humana, no reemplazarla.
Asimismo, los profesionales de la salud en Estados Unidos tienen limitaciones para usar herramientas como ChatGPT en su práctica diaria. La Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA) establece que cualquier plataforma empleada en el manejo de datos clínicos debe garantizar privacidad, precisión y trazabilidad, algo que los modelos de lenguaje general aún no cumplen plenamente.
Un paso hacia la creación de inteligencia artificial médica especializada
OpenAI podría estar planeando una versión médica especializada de ChatGPT, diseñada para trabajar con datos clínicos verificados y entornos seguros. Este tipo de herramienta permitiría a médicos y hospitales automatizar tareas administrativas, gestionar historiales clínicos o proporcionar educación sanitaria personalizada.
Para lograrlo, la empresa necesitaría nuevas alianzas con instituciones de salud, así como fuentes de datos validadas que cumplan con los estándares éticos y regulatorios. Este tipo de colaboración podría marcar un avance importante en la aplicación de la IA en medicina, siempre que se mantenga la protección de la privacidad de los pacientes.
Lecciones de los gigantes tecnológicos que intentaron lo mismo
La incursión de OpenAI en el campo médico no sería la primera de una gran empresa tecnológica. Google, Amazon y Microsoft también han intentado introducir plataformas para el manejo de datos de salud, aunque con resultados mixtos o fallidos.
En 2011, Google cerró su servicio Google Health por falta de usuarios; Microsoft descontinuó su plataforma HealthVault por baja adopción; y en 2023, Amazon canceló su proyecto de rastreadores de fitness Halo, que buscaba ofrecer métricas personalizadas de bienestar.
Estos antecedentes muestran que el mercado de la salud digital exige más que innovación: requiere confianza, regulación clara y resultados clínicos comprobables.
Una oportunidad con grandes desafíos éticos y regulatorios
El interés de OpenAI por el sector sanitario abre nuevas oportunidades para integrar la inteligencia artificial en el cuidado de la salud, pero también plantea retos significativos. La empresa deberá demostrar que sus herramientas pueden operar con precisión, transparencia y responsabilidad, sin comprometer la seguridad de los pacientes.
A medida que la inteligencia artificial se vuelve parte de la vida cotidiana, la posibilidad de contar con un asistente médico digital confiable podría transformar la atención sanitaria. Sin embargo, expertos coinciden en que la supervisión humana seguirá siendo esencial para garantizar diagnósticos precisos y decisiones médicas seguras.


TE PODRÍA INTERESAR