Una nueva industria tecnológica, la «Grief Tech», ofrece la posibilidad de conversar con réplicas de IA de personas fallecidas. Analizamos la tecnología, las empresas detrás y los profundos dilemas éticos y psicológicos que esta nueva realidad plantea.
El viejo anhelo de hablar una vez más con un ser querido que ha fallecido está dejando de ser una fantasía para convertirse en una realidad comercial. Una nueva y controvertida industria conocida como «Grief Tech» (tecnología para el duelo) está utilizando los avances en inteligencia artificial para crear «fantasmas digitales» o «thanabots»: chatbots interactivos que simulan la personalidad, la voz y los recuerdos de los muertos.
Lo que comenzó como experimentos virales, como la historia de un hombre que creó un bot para conversar con su prometida fallecida, se ha transformado en un negocio en crecimiento. Empresas como HereAfter AI, StoryFile y Seance AI ya ofrecen servicios para crear estas réplicas digitales, abriendo una nueva frontera que desdibuja los límites entre la memoria, la tecnología y el proceso de duelo. Este informe analiza, sin rodeos, cómo funciona esta tecnología y el profundo debate que ha comenzado a generar.
¿Cómo Funciona la «Inmortalidad Digital»?
El proceso para crear una réplica digital de una persona se basa en la recopilación y el análisis de su huella digital y personal. Aunque cada empresa tiene sus matices, el procedimiento generalmente sigue tres pasos clave.
* Paso 1: La Recopilación de Datos. La IA se alimenta de los «restos digitales» que una persona deja atrás. Esto incluye mensajes de texto, publicaciones en redes sociales, correos electrónicos, y cualquier grabación de audio o video disponible. Algunas compañías, como HereAfter AI y StoryFile, han adoptado un enfoque proactivo, realizando entrevistas estructuradas y guiadas con personas mientras aún están vivas para construir un archivo de recuerdos, historias y respuestas mucho más rico y detallado.
* Paso 2: El Entrenamiento de la Inteligencia Artificial. Una vez recopilados los datos, entran en juego los modelos de lenguaje grandes (LLMs), la misma tecnología detrás de herramientas como ChatGPT. Estos modelos analizan el material para aprender la sintaxis, el tono, el sentido del humor, las creencias y los patrones de conversación característicos de la persona. Para las réplicas que incluyen voz, se utilizan tecnologías de clonación de voz que pueden recrear un habla realista a partir de solo unos minutos de audio original.
* Paso 3: La Interfaz de Interacción. El resultado final es una interfaz, generalmente una aplicación de chat, a través de la cual los familiares pueden «conversar» con la réplica digital. Estas interacciones pueden ser por texto o voz, y en algunos casos, se presentan junto a un avatar, una fotografía o incluso un holograma interactivo.
Las Empresas que Venden la Eternidad
El mercado de la «Grief Tech» ya cuenta con varios actores establecidos, cada uno con un enfoque ligeramente diferente:
* HereAfter AI: Se centra en la preservación de historias a través del audio. Un entrevistador virtual guía a la persona a través de cientos de preguntas sobre su vida. Después, los seres queridos pueden interactuar de forma conversacional con la aplicación para escuchar esas historias en la voz real de la persona.
* StoryFile: Esta plataforma va un paso más allá al capturar video. La persona graba las respuestas a una multitud de preguntas. La IA de StoryFile no genera respuestas nuevas, sino que busca en el archivo de video la respuesta más adecuada que la persona grabó en vida, lo que se presenta como un método más «auténtico» y fiel.
* Otras plataformas: Compañías como Seance AI, Project December y Re;memory también ofrecen servicios similares, lo que demuestra la rápida expansión de este sector tecnológico.
«Mi familia siempre tendrá la capacidad de que yo responda a sus preguntas», afirma el testimonio de una usuaria de HereAfter, reflejando la principal promesa de esta tecnología: la preservación del legado.
El Debate Ético: ¿Consuelo o Perjuicio?
La existencia de esta tecnología ha desatado un intenso debate ético y psicológico. No hay respuestas sencillas, y los argumentos de ambas partes son profundos.
* El Argumento a Favor (El Consuelo): Los defensores de la «Grief Tech» argumentan que puede ser una poderosa herramienta de consuelo. Ofrece la oportunidad de sentir una conexión, de decir adiós, de hacer preguntas que quedaron pendientes y de preservar las historias familiares para las futuras generaciones. Para algunos, puede ser una forma de procesar el duelo a su propio ritmo.
* El Argumento en Contra (El Riesgo Psicológico): Por otro lado, psicólogos y expertos en duelo advierten de graves peligros. Un estudio de la Universidad de Oxford señala que la «búsqueda de proximidad» —comportamientos destinados a restaurar la cercanía con el fallecido— de forma prolongada está vinculada a peores resultados de salud mental. Esta tecnología podría obstaculizar el proceso natural de duelo, impidiendo que la persona en luto se adapte a la realidad de la pérdida y forje una nueva identidad y nuevas relaciones.
El modelo de negocio de estas plataformas añade una capa de complejidad. Al basarse en suscripciones o publicidad, su éxito comercial depende de mantener al usuario interactuando con el «fantasma digital» el mayor tiempo posible. Este objetivo podría estar en conflicto directo con el bienestar psicológico del usuario, cuyo proceso de duelo saludable implica, eventualmente, reducir esa dependencia.
Los Peligros No Vistos: Privacidad y Consentimiento
Más allá del impacto psicológico, la «Grief Tech» plantea serias cuestiones legales y de privacidad que la sociedad apenas comienza a considerar.
* Consentimiento: La persona fallecida no puede dar su consentimiento para que su imagen, voz y personalidad sean replicadas y utilizadas de esta forma. ¿Habrían querido esto?
* Seguridad de los Datos: Los usuarios entregan una cantidad ingente de información extremadamente íntima y personal a estas plataformas. ¿Qué protocolos de seguridad existen para protegerla de hackeos?
* Propiedad y «Muerte Digital»: ¿Quién es el propietario legal del bot? ¿Qué ocurre cuando un familiar decide que es hora de «desconectarlo»? Algunos expertos plantean si esto podría ser percibido como una «segunda muerte».
Conclusión: Una Nueva Frontera para la Humanidad
La tecnología para hablar con los muertos ya no es ciencia ficción. Está aquí, es accesible y su uso se está expandiendo. Ha abierto una puerta a una nueva forma de recordar y de procesar la pérdida, pero también ha desatado un torbellino de dilemas éticos, psicológicos y legales para los que no tenemos respuestas preparadas. La sociedad se enfrenta al desafío de establecer los límites y las regulaciones para una de las aplicaciones más profundamente humanas y perturbadoras de la inteligencia artificial.


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