La amenaza de los incendios forestales se ha intensificado en las últimas décadas como consecuencia directa del cambio climático. Estos eventos extremos no solo destruyen ecosistemas y biodiversidad, también ponen en riesgo a comunidades enteras, infraestructuras críticas y contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero. En este contexto, un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv ha desarrollado un nuevo método basado en inteligencia artificial (IA) que promete revolucionar la forma en que se anticipan estos desastres naturales.
El estudio, publicado en la revista científica npj Natural Hazards de Nature, plantea un enfoque completamente distinto al de los índices meteorológicos tradicionales, al adaptar los cálculos de riesgo a las condiciones específicas de cada país. Con ello, se logra aumentar la precisión de las predicciones de un 70 a un 86 por ciento, un salto significativo que puede marcar la diferencia en la prevención de incendios forestales.
El problema de los métodos tradicionales
Hasta ahora, la mayoría de los índices de riesgo de incendio fueron diseñados en regiones como Australia, Canadá y Estados Unidos, países con una larga experiencia en el manejo de incendios forestales. Si bien estas herramientas han demostrado eficacia en sus territorios de origen, su desempeño se reduce considerablemente al ser aplicadas en otros entornos con climas, vegetación y usos del suelo diferentes.
Por ejemplo, al analizar la precisión de los tres principales índices en 160 países, los investigadores encontraron que el índice canadiense era el más confiable, pero solo alcanzaba un nivel de acierto del 70 por ciento. Esa brecha de precisión es crítica, ya que de ella depende la capacidad de los servicios de emergencia para actuar de forma rápida y evitar la propagación de un fuego.
Cómo la inteligencia artificial mejora la predicción
Para superar estas limitaciones, el equipo israelí recurrió a un algoritmo genético capaz de calibrar los índices según las características locales de cada país. Esta primera mejora elevó la precisión al 80 por ciento. Sin embargo, el verdadero avance llegó con la implementación de un modelo de inteligencia artificial específico para cada nación.
El resultado fue transformado en un árbol de decisiones simple, fácil de aplicar por los equipos de campo y autoridades locales, que mantiene una efectividad del 86 por ciento. Esta herramienta no solo permite anticipar mejor dónde y cuándo puede ocurrir un incendio, sino que también ofrece criterios claros y adaptados a cada territorio.
Impacto en la gestión de emergencias
La capacidad de contar con predicciones más precisas tiene un impacto directo en la seguridad pública y en la protección ambiental. Según los investigadores, este método permitirá a los servicios de emergencia mejorar las advertencias tempranas, optimizar la asignación de recursos y reducir de forma significativa los daños asociados a los incendios.
Además, los responsables de políticas públicas podrán utilizar este enfoque para diseñar estrategias preventivas más efectivas, adaptadas a las particularidades de cada región. En un mundo que experimenta temporadas de calor más intensas y prolongadas, contar con herramientas de predicción personalizadas es un paso fundamental para proteger tanto a las comunidades humanas como a los ecosistemas naturales.
Un futuro más seguro frente al fuego
Más allá de su aplicación inmediata, los investigadores destacan que este modelo basado en inteligencia artificial sienta las bases para el desarrollo de sistemas futuros aún más sofisticados. La combinación de datos meteorológicos, información sobre el uso de la tierra y análisis de patrones de ignición abre la puerta a crear plataformas globales capaces de anticipar incendios con una precisión nunca antes vista.
Si bien ninguna tecnología puede eliminar por completo el riesgo, los avances en IA aplicada a la prevención de desastres representan una de las mejores herramientas disponibles para enfrentar los desafíos del cambio climático. El caso de Israel demuestra que la innovación científica puede marcar la diferencia en la lucha contra fenómenos naturales cada vez más frecuentes y devastadores.
Los incendios forestales seguirán siendo una amenaza creciente en el siglo XXI, pero la ciencia ofrece nuevas esperanzas. El modelo desarrollado por los investigadores israelíes no solo mejora la predicción y prevención de estos desastres, sino que también inaugura una nueva era en la forma en que enfrentamos los riesgos ambientales. Adaptar la tecnología a las condiciones locales es clave para proteger vidas, ecosistemas y reducir el impacto del calentamiento global. Con herramientas más precisas y personalizadas, el futuro podría ser menos vulnerable al fuego y más resiliente frente al cambio climático.


TE PODRÍA INTERESAR