Durante años se creyó que el hígado graso era una enfermedad silenciosa cuyo mayor peligro era la insuficiencia hepática. S
in embargo, investigaciones recientes muestran un panorama distinto: la mayoría de las personas con hígado graso no muere por problemas del hígado, sino por enfermedades cardiovasculares.
La conexión entre el hígado graso y el corazón
El hígado graso no alcohólico (HGNA), o esteatosis hepática, se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado en personas que no consumen alcohol en exceso.
Aunque puede avanzar a formas graves como la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), cirrosis o cáncer hepático, la mayoría de los pacientes no desarrolla estas complicaciones. El verdadero riesgo está relacionado con el corazón.
Diversos estudios indican que quienes padecen HGNA tienen mayor probabilidad de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades coronarias.
Esto se debe a su relación con obesidad, diabetes tipo 2, colesterol alto e hipertensión, condiciones que componen el síndrome metabólico. La inflamación crónica y la resistencia a la insulina que genera este síndrome dañan las arterias y facilitan la formación de placas que bloquean el flujo sanguíneo.
Un enemigo silencioso y multifactorial
El hígado graso suele ser asintomático y muchas personas lo descubren por casualidad en análisis de sangre o estudios de imagen.
Por ello, el enfoque médico no debe limitarse a proteger el hígado, sino también a controlar todos los factores de riesgo metabólicos. Mantener un peso saludable, regular la glucosa y el colesterol, y realizar actividad física constante son medidas clave.
Aunque no existe un medicamento específico para revertir el hígado graso, adoptar un estilo de vida saludable puede detener su avance y disminuir significativamente el riesgo de complicaciones cardíacas.
Una alimentación balanceada, baja en azúcares refinados, grasas saturadas y alcohol, junto con ejercicio regular, mejora la función hepática y protege el corazón. Comprender esta relación es fundamental para prevenir complicaciones y promover una salud integral más allá del hígado.


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