lunes, diciembre 29, 2025

Tren de alta velocidad, ambicioso y transformador proyecto egipcio

Tren que conectará el mar Rojo y el Mediterráneo impulsa la mayor transformación ferroviaria de Egipto en décadas

El Tren de alta velocidad en Egipto decidió acelerar en pleno desierto, cuando obreros comenzaron a colocar rieles al este de El Cairo bajo un sol implacable y con la promesa de cambiar la forma de moverse, vivir y producir en el país más poblado del mundo árabe.

La escena parece sencilla, pero detrás hay un proyecto que busca conectar el mar Rojo con el Mediterráneo en apenas tres horas, atravesando ciudades nuevas, zonas industriales y regiones históricamente marginadas del desarrollo. Tren se convierte aquí en símbolo de ambición estatal, planificación urbana y apuesta geopolítica.

Un proyecto ferroviario que nace en el desierto

La llamada Línea Verde es el primer sistema de alta velocidad del país y recorre 660 kilómetros desde Ain Sokhna hasta Marsa Matrouh. Tren aparece como respuesta a una red ferroviaria antigua, saturada y con problemas de mantenimiento que han cobrado vidas durante años.

El tendido avanza entre dunas, estaciones futuristas y zonas aún sin habitantes. Tren no solo transportará pasajeros, también carga, con la expectativa de mover hasta 15 millones de toneladas anuales y aliviar parte del flujo que hoy depende del canal de Suez.

Infraestructura como estrategia nacional

Desde hace más de una década, el gobierno egipcio ha apostado por megaproyectos para reordenar su territorio. Tren se integra a una política que incluye carreteras, puertos secos y la construcción de una Nueva Capital Administrativa, pensada para descongestionar El Cairo.

El ministro de Transporte ha definido esta obra como un “nuevo canal de Suez sobre rieles”, una metáfora que revela su peso económico y simbólico. Tren no es solo movilidad, es competitividad regional.

La promesa de unir dos mares

La Línea Verde conecta puntos clave del país y enlaza dos mares estratégicos para el comercio internacional. Por ello, reduce tiempos, costos logísticos y dependencia de rutas tradicionales, algo crucial en un contexto global volátil.

A lo largo de su trayecto, atraviesa ciudades satélite diseñadas para crecer alrededor de la vía férrea. Tren se vuelve el eje que articula vivienda, empleo y servicios en zonas antes aisladas.

Alta velocidad y planificación urbana

Urbanistas y especialistas coinciden en que este tipo de proyectos solo funcionan si se integran al desarrollo urbano. Tren fue pensado como catalizador de nuevos centros de crecimiento, no solo como transporte.

La estación ubicada en pleno desierto, con un techo geométrico monumental y seis vías, ilustra esa visión. Tren anticipa un futuro que aún no existe, pero que el Estado intenta construir a contrarreloj.

Expectativas económicas y sociales

Las autoridades estiman que la red completa, que superará los dos mil kilómetros, podrá movilizar a 1.5 millones de personas al día. Tren representa una alternativa real frente al colapso del transporte tradicional.

Para trabajadores y obreros, el proyecto genera empleo, aunque también es visto con escepticismo. Algunos dudan que las nuevas ciudades se llenen de habitantes. Tren, para ellos, podría terminar sirviendo más a turistas y mercancías que a la población local.

Un país concentrado alrededor del Nilo

Egipto es mayormente desierto y la mayoría de sus habitantes vive a orillas del Nilo. Tren busca romper esa concentración histórica y redistribuir el crecimiento hacia nuevas regiones.

Al facilitar traslados rápidos, el sistema permite vivir lejos de los centros tradicionales sin quedar aislado. Tren redefine la relación entre geografía y oportunidad.

Lo que sigue después de la Línea Verde

El plan ferroviario incluye dos líneas adicionales. La Azul seguirá el curso del Nilo hasta Aswan, mientras la Roja conectará destinos turísticos clave como Hurghada y Luxor. Tren se consolida así como columna vertebral del país.

Cada nueva línea amplía el impacto económico y cultural del sistema, integrando regiones con distintos perfiles productivos y sociales.

Una apuesta con riesgos y legado

Como todo megaproyecto, existen riesgos financieros, técnicos y sociales. Tren exige mantenimiento constante, tarifas accesibles y seguridad operativa para cumplir sus promesas.

Sin embargo, si el plan se ejecuta con visión de largo plazo, el país podría dejar un legado comparable al del canal de Suez. Tren no solo transporta personas: transporta una idea de futuro.

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