Consejos para padres y cuidadores que quieren promover un juego sano, divertido y seguro
No todos los juegos están pensados para menores, y muchos incluyen contenido violento, lenguaje fuerte o mecánicas complejas que pueden no ser apropiadas para ciertas edades.
Por eso, es clave que madres, padres y cuidadores conozcan cómo identificar qué juegos son apropiados, qué clasificaciones por edad existen, y cómo acompañar el uso responsable del entretenimiento digital. Este artículo ofrece una guía práctica para tomar decisiones informadas y fomentar una relación saludable con los videojuegos.
Entender las clasificaciones por edad: ESRB, PEGI y más
El primer paso para elegir un videojuego adecuado es revisar su clasificación por edad. Las más utilizadas son:
- ESRB (Estados Unidos y Latinoamérica):
- E (Everyone) – Apto para todos
- E10+ – A partir de 10 años
- T (Teen) – Desde los 13 años
- M (Mature) – Solo para mayores de 17 años
- PEGI (Europa):
- 3, 7, 12, 16 y 18 son los rangos de edad
- También incluye iconos que indican violencia, lenguaje ofensivo, miedo, apuestas, etc.
Estas clasificaciones se basan en el contenido del juego, no en la dificultad. Por eso, un juego “E” puede ser complejo, y uno “T” puede tener contenido leve pero no ser ideal para niños pequeños.
Revisar la caja, la tienda digital o el sitio web oficial te permitirá ver rápidamente la edad recomendada y las razones detrás de esa calificación.
Temáticas, mecánicas y duración: más allá de la edad
No todos los niños o adolescentes son iguales, por lo que también es importante considerar:
- Temática del juego: ¿Es de aventura, simulación, deportes, fantasía o combate?
- Estilo de juego: ¿Cooperativo, competitivo, de exploración o narrativo?
- Nivel de dificultad: Algunos juegos pueden ser frustrantes si no están diseñados para la edad o experiencia del jugador.
- Duración media: Hay títulos que duran horas, mientras otros pueden extenderse por meses si tienen contenido adicional.
Lo ideal es elegir juegos que estimulen la creatividad, la resolución de problemas o el trabajo en equipo, sin exponer a menores a contenido inapropiado o adictivo.
Juegos recomendados por edad
Aquí una lista orientativa de videojuegos populares y bien valorados por edad aproximada:
Para menores de 10 años:
- Super Mario Odyssey (Nintendo Switch)
- Minecraft en modo creativo
- Animal Crossing: New Horizons
- Lego Marvel Super Heroes
Para preadolescentes (10 a 13 años):
- Plants vs Zombies: Battle for Neighborville
- Sonic Frontiers
- Stardew Valley
- Pokémon Scarlet / Violet
Para adolescentes (13 a 17 años):
- The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
- Rocket League
- Fortnite (con supervisión y control de chat)
- Among Us
Es recomendable jugar junto con ellos o al menos observar cómo interactúan con el juego, para evaluar si se sienten cómodos, se divierten y no están expuestos a riesgos de acoso online o microtransacciones engañosas.
Supervisión, control parental y diálogo abierto
Los videojuegos pueden ser herramientas poderosas para divertirse, aprender y compartir tiempo en familia. Sin embargo, también requieren acompañamiento. Estas son algunas prácticas útiles:
- Usar controles parentales en consolas, móviles o PC para limitar el contenido, el tiempo de juego y las compras dentro del juego.
- Establecer horarios de juego equilibrados para evitar el sedentarismo o la adicción.
- Hablar con tus hijos sobre lo que juegan, lo que ven y con quién interactúan en línea.
- Compartir el juego: Jugar juntos puede ser una experiencia enriquecedora para ambas partes y permite conocer mejor sus gustos.
Fomentar una cultura de diálogo abierto y no de censura ayuda a que los menores desarrollen criterio propio sobre lo que consumen, y se sientan acompañados, no vigilados.
Elegir videojuegos adecuados para niños y adolescentes no solo implica ver la edad sugerida en la caja. Se trata de entender el contenido, las mecánicas y el impacto emocional o social que puede tener cada juego. Con información, supervisión activa y comunicación honesta, los videojuegos pueden convertirse en una herramienta educativa, social y creativa para las nuevas generaciones.
No se trata de prohibir, sino de guiar. Y como adultos, tenemos la responsabilidad de hacer que el mundo digital también sea un espacio seguro y positivo para los más jóvenes.


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