El reconocido astrofísico Avi Loeb, investigador de la Universidad de Harvard, expresó su inquietud ante el paso cercano del objeto interestelar 3I Atlas, el cual continúa su trayectoria a través del sistema solar rumbo al espacio profundo.
La preocupación del científico radica en la posibilidad de que 3I Atlas no sea un cometa común, sino un artefacto con tecnología no humana, lo que podría representar un desafío para la humanidad en caso de cualquier acercamiento anómalo al planeta.
De acuerdo con Loeb, 3I Atlas avanza a más de 221,000 kilómetros por hora, una velocidad que refuerza su hipótesis sobre su posible origen artificial o extraterrestre.
“El mejor escenario para nosotros es que 3I Atlas sea solo un cometa”, comentó el investigador en entrevista con Fox News, destacando que un impacto o acercamiento no controlado sería potencialmente devastador.
¿Por qué los investigadores temen al 3I Atlas?
El experto detalló que, si el objeto interestelar alterara su trayectoria hacia la Tierra, las consecuencias serían incalculables.
“Sí (es un peligro), si nos visita una civilización tecnológicamente más avanzada que la nuestra. 3I Atlas se mueve tres veces más rápido que nuestro cohete más veloz y es 50 veces más grande que Starship. No podemos hacerle frente”, explicó Loeb.
El astrofísico insistió en que, por el momento, todo indica que se trata de una roca espacial, aunque advirtió que la comunidad científica debe mantenerse alerta mientras el objeto continúa bajo observación.
Lo positivo de un posible origen extraterrestre
A pesar de su preocupación, Loeb también mencionó que si el 3I Atlas resultara ser una nave o artefacto de origen no humano, podría representar una oportunidad única para la humanidad.
El científico argumentó que el contacto o descubrimiento de tecnología superior podría impulsar el desarrollo tecnológico y abrir una nueva etapa en la historia de la ciencia.
“Si fuera un objeto creado por otra civilización, podríamos aprender de su tecnología y mejorar la nuestra”, explicó Loeb, quien afirmó que aún falta mucho por esclarecer mientras la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) continúan monitoreando el fenómeno.


TE PODRÍA INTERESAR