Después de dos días de bloqueos carreteros en el Bajío, los productores de maíz y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) alcanzaron un acuerdo que promete aliviar la tensión en una de las regiones agrícolas más importantes del país.
A las dos de la madrugada, el titular de Sader, Julio Berdegué, confirmó que se pactó un apoyo conjunto de $950 por tonelada de maíz, financiado entre el gobierno federal y los estados de Jalisco, Guanajuato y Michoacán. Con este acuerdo, los productores comenzaron a liberar las carreteras bloqueadas desde el lunes.
Un acuerdo que devuelve la calma al campo mexicano
La madrugada fue larga, pero productiva. En una mesa de negociación que se extendió hasta altas horas, ambas partes cedieron terreno para alcanzar una solución.
“Fue un diálogo directo, con compromiso y sin intermediarios”, declaró Berdegué.
De los $950 por tonelada, 800 pesos serán aportados por el gobierno federal y 150 pesos por los gobiernos estatales, cubriendo hasta 1.4 millones de toneladas de maíz con un tope de 200 toneladas por productor.
La presidenta Claudia Sheinbaum destacó que este acuerdo busca fortalecer a los pequeños productores y fomentar la compra del maíz nativo mexicano, frente al híbrido que domina gran parte del mercado.
Sheinbaum impulsa precios justos y compras directas
Sheinbaum reveló que durante las últimas semanas se negociaron acuerdos con grandes industrias harineras y nixtamaleras para que adquieran el maíz nacional a precios superiores al internacional. La meta: reducir la brecha entre el costo de producción y el precio de venta que reciben los agricultores.
Además, fue enfática al señalar que los apoyos no se canalizarán a través de organizaciones, sino directamente a los productores.
“Eso ya no va a regresar —dijo—, el apoyo será directo, sin intermediarios”.
Hacia un nuevo modelo de comercialización del maíz
Uno de los puntos más relevantes del acuerdo es la creación del Sistema Mexicano de Ordenamiento de Mercado y Comercialización del Maíz, un mecanismo que definirá precios de referencia nacionales y fomentará acuerdos directos entre productores e industria.
El secretario Berdegué subrayó que este sistema tendrá bases jurídicas sólidas y un enfoque de transparencia, para evitar la especulación y el abuso de intermediarios.
“No podemos seguir en un país donde el agricultor no sabe qué precio tendrá su cosecha”, sentenció.
También se acordó abrir mesas de diálogo permanentes entre gobiernos estatales, federales y productores, con el fin de publicar las mecánicas de apoyo y comercialización, y asegurar que cada agricultor pueda negociar precios justos para su cosecha.
Un paso hacia la estabilidad del maíz mexicano
Aunque no se reveló el precio de venta acordado, los productores y la Sader convinieron mantenerlo en reserva para permitir márgenes de negociación con los compradores privados.
El acuerdo representa un paso firme hacia la estabilidad del sector maicero, uno de los pilares de la seguridad alimentaria mexicana. Tras días de bloqueos y tensiones, el campo vuelve a ver una ruta clara: diálogo, apoyo directo y precios justos.
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