¿Sientes que el dinero te rinde menos en el súper? No es solo la inflación. Existe una práctica sigilosa llamada «reduflación»: pagas lo mismo, pero te llevas menos producto. Te enseñamos a ser un consumidor experto y a no caer en la trampa.
En un entorno de alta inflación, los consumidores están acostumbrados a ver cómo los precios de los productos suben. Sin embargo, existe una estrategia de marketing mucho más sutil y, para muchos, más engañosa, que las empresas utilizan para proteger sus márgenes de ganancia sin alarmar a los compradores: la reduflación (del inglés shrinkflation).
Esta práctica consiste en reducir la cantidad o el tamaño de un producto mientras el precio se mantiene estable o incluso aumenta ligeramente. El resultado es un incremento del precio por unidad (por gramo, por mililitro, por pieza) que pasa desapercibido para el consumidor promedio.
La psicología detrás de la reduflación: ¿Por qué caemos?
Las empresas conocen bien el comportamiento del consumidor. Estudios de psicología económica han demostrado que los compradores son mucho más sensibles a un aumento directo en el precio (sensibilidad al precio) que a una reducción en la cantidad del producto.
«El consumidor recuerda el precio del último paquete de galletas que compró, pero es muy poco probable que recuerde si contenía 18 o 16 unidades. Las empresas explotan esta asimetría de información a su favor», explica un analista de consumo.
La estrategia funciona porque el empaque a menudo se mantiene del mismo tamaño, creando la ilusión de que nada ha cambiado. Se utilizan fondos falsos en los envases, espacios de aire más grandes en las bolsas o botellas con hendiduras más profundas para ocultar la reducción del contenido.
Ejemplos reales: Productos que han encogido frente a tus ojos
La reduflación no es un fenómeno nuevo, pero se ha intensificado con las presiones inflacionarias recientes. Afecta a una amplia gama de productos en los pasillos del supermercado.
- Botanas y Dulces: Las bolsas de papas fritas son el ejemplo clásico, conteniendo más aire y menos producto. Las barras de chocolate han reducido su peso en gramos y las cajas de galletas ahora traen menos unidades.
- Cereales: Las cajas de cereal mantienen su altura y anchura, pero se vuelven más delgadas, un cambio difícil de notar a simple vista en el anaquel.
- Productos de Limpieza: Las botellas de detergente líquido o suavizante de telas reducen su contenido de 2 litros a 1.8 litros. El papel higiénico puede tener menos hojas por rollo o las hojas pueden ser ligeramente más pequeñas.
- Bebidas: Los jugos envasados que antes eran de 1 litro ahora son de 960 ml. Las botellas de refresco también han visto reducciones sutiles.
Cómo convertirte en un «cazador de reduflación» y proteger tu dinero
Aunque la práctica es legal siempre que el peso neto esté correctamente etiquetado, los consumidores pueden tomar medidas para no ser víctimas de este encarecimiento encubierto. La clave es cambiar el enfoque de compra del precio total al precio por unidad.
Guía práctica para el consumidor inteligente:
- Lee la etiqueta, no solo el precio: La información más importante está en la letra pequeña. Busca el peso neto (g, kg), el volumen (ml, L) o el número de unidades.
- Calcula el precio por unidad: La mayoría de los supermercados ya lo hacen por ti. En la etiqueta del anaquel, busca el precio por kilogramo, por litro o por 100 gramos. Este es el único indicador fiable para comparar productos de diferentes tamaños y marcas.
- Ejemplo: Un paquete de jamón A cuesta $50 y contiene 200g ($250/kg). El paquete B cuesta $45 y contiene 170g ($264.70/kg). Aunque el paquete B es más barato en total, es más caro por kilogramo.
- Confía en tu memoria (y en tu teléfono): Si eres leal a una marca, toma una foto del producto y su etiqueta de peso. La próxima vez que lo compres, compárala. Te sorprenderás de los cambios que puedes encontrar en pocos meses.
- Considera las marcas propias: Las marcas propias de los supermercados a menudo son menos propensas a la reduflación o, al menos, su precio por unidad sigue siendo más competitivo.
- Compra a granel: Cuando sea posible, comprar productos a granel te permite controlar exactamente la cantidad que adquieres y el precio que pagas por ella, eliminando el factor del empaque engañoso.
La reduflación es una realidad del mercado actual. Estar informado y adoptar hábitos de compra más analíticos no solo protege tu economía familiar, sino que también te convierte en un consumidor más consciente y empoderado.


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