El día 6 de noviembre de 2024, la moneda mexicana vivió una jornada de altibajos. Inició con una fuerte caída frente al dólar debido a la inesperada victoria de Donald Trump como candidato presidencial de Estados Unidos, una noticia que impactó directamente los mercados financieros. Durante las primeras horas de la jornada, el peso tocó su peor nivel en más de dos años, cotizando a 20,61 pesos por dólar.
El «Efecto Trump» y sus consecuencias inmediatas
La victoria de Trump había sido un factor anticipado por los analistas económicos como una posible amenaza para la estabilidad económica de México. Las propuestas del magnate, especialmente en torno a la imposición de aranceles comerciales y la reducción de impuestos, generaron incertidumbre. A esto se sumó la tendencia de Trump de cuestionar acuerdos como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que aumentó la especulación sobre una posible desaceleración del comercio y la inversión entre ambos países.
A medida que la jornada avanzaba, los mercados parecían encontrar cierta calma, y el peso mexicano comenzó a recuperar terreno. Al cierre de los mercados, la moneda nacional logró estabilizarse en 20,07 pesos por dólar, una ligera mejora respecto al cierre anterior de 20,11 pesos. Aunque la recuperación fue notable, la volatilidad del mercado sigue siendo alta, y se mantiene la incertidumbre sobre las políticas económicas de Trump una vez asuma la presidencia.
Los factores que impulsaron la recuperación del peso
Varios factores ayudaron a mitigar la caída del peso mexicano. Primero, la intervención de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien en conferencia de prensa instó a la calma. “México tiene una buena relación con Estados Unidos, y no hay razón para la preocupación”, señaló. Además, la confianza de los inversionistas se mantuvo en niveles razonables gracias a los sólidos fundamentos económicos del país, a pesar de las turbulencias políticas.
En segundo lugar, los pronósticos de Banxico (Banco de México) jugaron un papel importante. Aunque las expectativas para 2024 en términos de tipo de cambio siguen siendo conservadoras, el banco central prevé que el dólar termine el año cerca de los 20 pesos, lo que refleja una visión menos pesimista del mercado. Esta previsión se alinea con la recuperación parcial del peso en la jornada, lo que tranquilizó a los actores financieros.
¿Qué esperar del futuro económico de México?
A pesar de la recuperación, los pronósticos de Banxico para la inflación y el crecimiento económico siguen siendo inciertos. En cuanto a la inflación, el banco central proyecta una disminución progresiva, con un índice cercano al 4,44% para finales de 2024. Sin embargo, no se espera que el país logre el objetivo ideal del 3% a corto plazo.
Por otro lado, el crecimiento económico será moderado, con pronósticos de menos de dos puntos porcentuales. Este panorama refleja un entorno global desafiante, con la economía mexicana enfrentando tanto incertidumbres internas como externas, especialmente con el cambio de liderazgo en Estados Unidos.
La historia del peso mexicano: Un símbolo de estabilidad y volatilidad
El peso mexicano, la primera moneda en el mundo en utilizar el signo «$», es un símbolo de la economía del país. Se ha consolidado como la decimoquinta moneda más negociada globalmente y la más negociada en América Latina. A lo largo de los años, el peso ha sido testigo de fluctuaciones extremas, desde la crisis económica de 1994 hasta los retos actuales derivados de las políticas de Trump.
A pesar de los desafíos, el peso sigue siendo una moneda de referencia en América Latina, y su comportamiento continúa siendo un barómetro crucial de la economía mexicana y sus relaciones comerciales internacionales.
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