martes, diciembre 30, 2025

Lula propone impuesto global del 2% a los ricos para erradicar el hambre

Lula llama a los líderes del mundo a unirse y crear un impuesto global para acabar con el hambre y frenar la desigualdad económica.

Lula da Silva y su cruzada global contra el hambre

Luiz Inácio Lula da Silva volvió a colocarse en el centro del debate internacional con una propuesta que combina audacia política, sensibilidad social y pragmatismo económico. En la apertura del Foro Mundial de la Alimentación en Roma, el presidente brasileño propuso la creación de un impuesto global del dos por ciento sobre las grandes fortunas para erradicar el hambre en el mundo, una idea que, más que una utopía, busca convertirse en un desafío ético para los países más poderosos del planeta.

Lula inició su discurso con una cifra que estremeció a los asistentes: 673 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en el mundo. Con voz firme, recordó que garantizar tres comidas diarias a todas ellas requeriría 315 mil millones de dólares, apenas el 12% de lo que la humanidad gasta en armas cada año.

“Si establecemos un impuesto global del dos por ciento sobre los activos de los superricos, tendríamos suficiente para que nadie más pase hambre”, declaró, en un mensaje directo a las naciones más ricas y a las élites económicas que concentran gran parte de la riqueza mundial.

Hambre y guerra: hermanas inseparables de la desigualdad

Lula fue más allá de la economía. Con tono crítico, afirmó que el hambre es “hermana de la guerra”, ya sea la que se libra con armas y bombas o con aranceles y subsidios. Sin mencionarlo directamente, se refirió al impacto de la guerra comercial iniciada por Donald Trump, que, según él, “desorganizó las cadenas de insumos y alimentos” y profundizó la desigualdad entre países ricos y pobres.

Para el mandatario brasileño, los conflictos armados no solo destruyen infraestructura, sino que rompen la estructura misma que sostiene la producción de alimentos. “Las barreras proteccionistas de las potencias desestructuran la producción agrícola en el mundo en desarrollo”, subrayó, recordando que mientras unos países acumulan excedentes, otros luchan por garantizar una comida diaria a su población.

Gaza, la parálisis global y el fracaso del multilateralismo

En su discurso, Lula no eludió los temas más delicados de la política internacional. Citó “la tragedia en Gaza” como ejemplo del colapso moral y humanitario que atraviesa el planeta. Según él, el hambre es también un síntoma del abandono del multilateralismo, un reflejo de cómo las instituciones creadas para cooperar se han vuelto incapaces de actuar frente a las crisis.

“La parálisis de la Organización Mundial del Comercio es un reflejo del abandono de las reglas internacionales”, señaló, cuestionando el papel de las potencias que bloquean acuerdos mientras millones de personas viven sin alimentos suficientes.

Brasil y el orgullo de salir del Mapa del Hambre

En el plano nacional, Lula se permitió un momento de orgullo. Recordó que Brasil logró salir por segunda vez del Mapa del Hambre de la FAO, gracias a políticas sociales y programas de apoyo a la producción agrícola familiar. Este logro, subrayó, demuestra que la voluntad política puede transformar la realidad.

Además, celebró la creación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, impulsada durante la presidencia brasileña del G20, a la que ya se han sumado más de 100 naciones. Este bloque busca coordinar políticas públicas globales para erradicar el hambre de forma sostenible, equitativa y ambientalmente responsable.

Un planeta más caliente, un planeta con más hambre

Lula también advirtió sobre la relación entre el cambio climático y la seguridad alimentaria. “Un planeta más caliente será un planeta con más hambre”, alertó, al referirse al impacto del calentamiento global sobre los cultivos, los recursos hídricos y la productividad agrícola.

El mandatario defendió que la revolución verde tecnológica que ha vivido la agricultura debe ser inclusiva y justa, garantizando acceso a la innovación también para los pequeños productores y las comunidades rurales del Sur Global.

Belém do Pará y la próxima gran cita del clima

Mirando hacia el futuro, Lula anunció que su gobierno impulsará, durante la próxima COP30 en Belém do Pará, una declaración internacional que conecte la lucha contra el cambio climático con la erradicación del hambre. Su objetivo es que la agenda climática no se limite a reducir emisiones, sino que integre el combate a la desigualdad y la seguridad alimentaria como pilares del desarrollo sostenible.

Con esta propuesta, Lula busca posicionar a Brasil no solo como líder regional, sino como un actor global con autoridad moral en temas de justicia social, climática y económica.

El mensaje final de Lula: la humanidad debe decidir de qué lado está

En su cierre, Lula apeló a la conciencia colectiva de los líderes mundiales. “El hambre no es una fatalidad, es una elección política. Y cada día que pasa sin actuar, más vidas se pierden”, dijo, recibiendo una ovación de pie.

Su discurso resonó como una llamada a la responsabilidad compartida. En tiempos donde el egoísmo económico y la competencia geopolítica marcan el ritmo del mundo, Lula propuso un camino distinto: la cooperación global y la redistribución de la riqueza como herramientas para construir un futuro más justo y humano.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
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