El aumento al salario mínimo para 2026 ya tiene cifras oficiales y el Gobierno federal presentó una medición del poder adquisitivo que busca mostrar cómo este ajuste se refleja en el consumo diario de las familias mexicanas.
De acuerdo con información difundida en redes sociales por el Gobierno de México, un día de salario mínimo en 2026 permitirá comprar productos básicos como tortilla, huevo y frijol, en cantidades mayores a las registradas en años anteriores, pese al efecto de la inflación.
El nuevo salario mínimo para 2026
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) aprobó a inicios de diciembre un incremento de 13% al salario mínimo general y un aumento de 5% para la Zona Libre Fronteriza Norte (ZLFN).
Con esta decisión, el salario mínimo general se ubicará en 315.04 pesos diarios, mientras que en la frontera norte alcanzará los 440.87 pesos diarios. En términos mensuales, esto equivale a 9,582.47 pesos para el salario mínimo general y 13,409.80 pesos para la ZLFN. El nuevo monto comenzará a aplicarse a partir del 1 de enero de 2026.
¿Cuánto rinde un día de salario mínimo?
Según la medición oficial presentada por el Gobierno, con un solo día de salario mínimo en 2026 se podrán adquirir aproximadamente 14.8 kilogramos de tortilla, 6.5 kilos de huevo y 7.1 kilos de frijol.
Las autoridades señalaron que este resultado forma parte de una recuperación acumulada del 154% del poder adquisitivo del salario mínimo desde 2018, lo que representa uno de los niveles más altos registrados en más de cuatro décadas.
Otros productos que entran en el presupuesto diario
Con base en el Seguimiento a la Canasta Básica en la Ciudad de México, el salario mínimo diario también permite cubrir otros alimentos esenciales. Por ejemplo, considerando precios máximos en mercados públicos, el ingreso diario alcanzaría para comprar alrededor de cinco kilos de limón sin semilla.
En ese mismo escenario, el salario mínimo permite adquirir varios litros de aceite mixto, varios kilos de azúcar morena, más de diez kilos de papa, cerca de dos kilos de pechuga de pollo o un kilo de bistec de res, dependiendo del precio vigente en cada zona.
Estos datos reflejan cómo el ingreso diario mantiene capacidad para cubrir una parte relevante de la canasta alimentaria, aunque con diferencias regionales.
Poder adquisitivo y canasta básica en 2026
De acuerdo con el secretario del Trabajo, Marath Bolaños, el salario mínimo general cubrirá dos canastas básicas en términos reales durante 2026. En el caso de la Zona Libre Fronteriza Norte, el ingreso permitirá adquirir hasta 2.8 canastas básicas, superando por primera vez la meta de 2.5 canastas.
El funcionario destacó que este nivel no se alcanzaba desde 1980 y que representa una reversión del periodo de deterioro salarial vivido en décadas anteriores.
La meta del salario hacia 2030
La presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que uno de los objetivos de su administración es llevar el salario mínimo a 440 pesos diarios en todo el país para el año 2030. Con ese nivel de ingreso, una persona trabajadora podría cubrir dos canastas básicas alimentarias y no alimentarias, según estimaciones oficiales.
¿Cómo se define el salario en México?
El salario mínimo se establece conforme a la Ley Federal del Trabajo, pero su discusión y aprobación recae en la Conasami. Este organismo está integrado por representantes del gobierno, del sector empresarial y de los trabajadores.
Cada año, las tres partes presentan propuestas y argumentos técnicos para definir el ajuste. Una vez aprobado, el nuevo monto se publica en el Diario Oficial de la Federación, donde queda establecido como referencia obligatoria para el año siguiente.
Impacto económico del aumento al salario mínimo
Diversos análisis coinciden en que los incrementos sostenidos al salario mínimo han contribuido a reducir la pobreza laboral sin generar presiones inflacionarias significativas. Las autoridades estiman que 8.5 millones de personas trabajadoras se beneficiarán directamente del ajuste de 2026.
Además, se calcula que 6.6 millones de personas han salido de la pobreza como resultado directo de la política de recuperación salarial aplicada en los últimos años, consolidando al salario mínimo como un eje clave de la política social y económica del país.
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