En un auditorio lleno en el ITAM, Agustín Carstens, exgobernador de Banxico y actual director del Banco de Pagos Internacionales (BIS), levantó la voz con una declaración tajante:
“Las criptomonedas son dinero inventado”.
Recordó que desde el siglo XVI los intentos de crear dinero privado terminaron en caos, como ocurrió en la Revolución Mexicana, cuando la multiplicación de billetes emitidos por facciones rivales provocó hiperinflación. Para Carstens, la historia se repite: los criptoactivos no cumplen funciones esenciales como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de pago.
Ortiz y Díaz de León: innovación sí, pero sin cripto
Los exgobernadores Guillermo Ortiz y Alejandro Díaz de León coincidieron con Carstens. Ortiz subrayó que los bancos centrales no deben crear “sus propios bitcoins”, aunque reconoció avances como SPEI en México y PIX en Brasil, que han reducido costos y ampliado inclusión financiera.
Por su parte, Díaz de León diferenció entre criptomonedas especulativas y stablecoins, señalando que estas últimas necesitan regulación estricta para mantener confianza y estabilidad.
El dilema de las stablecoins y el rol del BIS
El BIS ha sido claro: las stablecoins no ofrecen unidad monetaria ni estabilidad si no están bajo regulación. Carstens apuesta por una alternativa: un “libro contable tokenizado” que unifique dinero de bancos centrales, depósitos privados y bonos gubernamentales.
Proyectos como Agorá, impulsado por siete bancos centrales, buscan transformar pagos transfronterizos con tokenización, siempre bajo la confianza del dinero público.
México: top 15 en adopción global de criptomonedas
Aunque Carstens y los exgobernadores muestran escepticismo, la realidad es distinta en el mercado. Según Chainalysis 2024, México ocupa el lugar 14 en adopción global de criptomonedas, por encima de países como Argentina y Canadá.
En América Latina, las stablecoins ya son clave en remesas y ahorro, sobre todo en economías golpeadas por la inflación. Lo que para los banqueros centrales es “dinero inventado”, para millones de usuarios representa estabilidad y acceso financiero.
La mirada académica: riesgos, pero también oportunidades
Un estudio publicado en Elsevier reconoce los riesgos de especulación y falta de regulación en las criptomonedas, pero también destaca su potencial en pagos internacionales más rápidos y baratos.
La conclusión es clara: la gobernanza y la regulación son el camino para equilibrar innovación con estabilidad.
¿El futuro lo escribe la banca o la sociedad?
El discurso de Carstens refleja la visión conservadora de los banqueros centrales: sin control estatal, el dinero digital privado conduce al caos. Pero en paralelo, México ya está en el top 15 de adopción de criptomonedas, un hecho que demuestra que la sociedad está escribiendo su propio capítulo financiero.
El dilema es evidente: o los bancos centrales se adelantan con monedas digitales oficiales (CBDC), o la adopción masiva terminará imponiendo nuevas formas de dinero.


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