Las protestas pro-Palestina en Italia han cobrado fuerza tras los últimos acontecimientos en Gaza y alcanzaron este viernes al mundo del futbol. Decenas de activistas se reunieron frente al centro de entrenamiento de la selección nacional italiana en Coverciano, Florencia, para exigir la cancelación del partido clasificatorio contra Israel, previsto para el próximo 14 de octubre en Udine, como parte de las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo.

La manifestación, enmarcada dentro de una huelga nacional en solidaridad con los palestinos, se produjo después de que la marina israelí interceptara la Global Sumud Flotilla, una misión humanitaria destinada a Gaza, deteniendo a sus activistas. Este hecho detonó una ola de protestas y paralizaciones en todo el país.

Una huelga que paralizó Italia

El llamado a la huelga fue impulsado por los principales sindicatos italianos, lo que provocó la cancelación de cientos de trenes, interrupciones en vuelos nacionales y el cierre de múltiples escuelas y oficinas públicas. Para los organizadores, la protesta busca no solo mostrar apoyo al pueblo palestino, sino también presionar a instituciones internacionales como la UEFA y la FIFA para que tomen medidas contra Israel en el terreno deportivo.

La protesta frente al centro de entrenamiento se convirtió en un símbolo de esta exigencia, al señalar directamente a la selección italiana, anfitriona del encuentro. Aunque el equipo nacional no se encontraba en las instalaciones durante la manifestación, está previsto que se concentre allí el próximo lunes de cara a sus compromisos eliminatorios.

Reclamos contra la participación de Israel en el futbol internacional

Cada vez más organizaciones han intensificado las demandas para que Israel sea excluido del futbol internacional, argumentando que su participación es incompatible con las violaciones a los derechos humanos y al derecho humanitario cometidas en Gaza.

En abril de 2024, la Asociación Palestina de Futbol (PFA) presentó una solicitud formal a la FIFA para suspender a Israel, señalando al gobierno de Benjamin Netanyahu como responsable directo de ataques que han dejado miles de víctimas civiles. Sin embargo, la FIFA ha pospuesto en repetidas ocasiones la votación sobre el tema, lo que ha desatado críticas sobre la falta de acción de la federación.

La presión aumentó este mes tras la publicación de un informe de la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas, que concluyó que Israel cometió genocidio durante los ataques a Gaza. Este informe reforzó el argumento de quienes piden sanciones deportivas inmediatas.

UEFA y FIFA en el centro de la polémica

La UEFA, organismo que regula el futbol europeo, ha señalado que está evaluando la posibilidad de suspender a Israel de las competiciones internacionales, aunque hasta ahora no se ha tomado una decisión definitiva. La expectativa sobre el partido en Udine es alta, pues su cancelación marcaría un precedente significativo en la relación entre política y deporte.

Por su parte, la FIFA enfrenta fuertes cuestionamientos por retrasar su decisión. De acuerdo con varios analistas, el presidente del organismo, Gianni Infantino, evita dar un paso que pueda tensar las relaciones con Estados Unidos en vísperas del Mundial. Según las mismas fuentes, Infantino no quiere contradecir al expresidente estadounidense Donald Trump, quien ha expresado su respaldo a Israel en múltiples ocasiones.

El Departamento de Estado de EE.UU. también ha dejado claro que se opondrá a cualquier intento de prohibir la participación de Israel en torneos internacionales, lo que complica aún más el panorama para las instituciones deportivas.

El futbol como escenario de protesta política

No es la primera vez que el futbol internacional se convierte en terreno de disputa política. En el pasado, selecciones y federaciones han sido sancionadas o suspendidas debido a conflictos armados, violaciones de derechos humanos o presiones geopolíticas. Sin embargo, el caso de Israel plantea un dilema particular, dado el fuerte respaldo que recibe de aliados estratégicos como Estados Unidos.

Para los manifestantes italianos, la exigencia es clara: no puede jugarse un partido contra una nación acusada de genocidio mientras continúan los ataques en Gaza. La protesta busca visibilizar el vínculo entre el deporte y la justicia social, subrayando que la neutralidad en este contexto es insostenible.

Entre el futbol y la geopolítica

La protesta en Florencia es un reflejo de cómo el conflicto en Gaza ha trascendido las fronteras del Medio Oriente para impactar en ámbitos globales como el deporte internacional. El partido clasificatorio entre Italia e Israel se ha convertido en un símbolo de la tensión entre la búsqueda de justicia y la resistencia de las instituciones deportivas a tomar decisiones de alto costo político.

Con la UEFA y la FIFA bajo presión, el desenlace de este episodio podría marcar un precedente histórico sobre el papel del futbol frente a violaciones graves de los derechos humanos. Mientras tanto, las calles de Italia se llenan de voces que reclaman solidaridad con Palestina y demandan que el deporte no se utilice para normalizar la opresión.

El interrogante permanece abierto: ¿será el futbol un espacio para el cambio y la justicia, o seguirá siendo rehén de los intereses políticos globales?