El Manchester United, otrora coloso del fútbol mundial, se ahoga en un mar de números rojos. La no clasificación a Europa le costará £80 millones, destapando una crisis financiera que la nueva gestión de INEOS intenta atajar con mano dura.
El Teatro de los Sueños se ha transformado, para muchos de sus fieles, en el escenario de una pesadilla recurrente. El Manchester United, un club con una historia de gloria y poderío económico, enfrenta una cruda realidad: su declive deportivo tiene un correlato financiero devastador.
La confirmación de que la ausencia en competiciones europeas la próxima temporada implicará una merma de ingresos de al menos £80 millones es solo la punta del iceberg de una gestión que ha estado bajo intenso escrutinio durante años.
El costo del fracaso: Un desglose doloroso
La cifra de £80 millones no es un número abstracto; se compone de pérdidas tangibles que afectan directamente la operatividad y competitividad del club. La principal sangría proviene de los derechos de televisión de la UEFA, un pastel del que el United no probará bocado.
A esto se suma la reducción de ingresos por día de partido, al disputarse menos encuentros en Old Trafford, y una menor participación en el reparto de «merit money» de la Premier League debido a su decepcionante clasificación. Como si fuera poco, la cláusula de penalización de £10 millones con Adidas por no clasificar a la Champions League es la cereza amarga de este pastel indigesto.
Este impacto financiero se refleja en los informes trimestrales. Los ingresos totales del club disminuyeron un 12% en el segundo trimestre fiscal de 2025 en comparación con el año anterior, una caída impulsada principalmente por la diferencia entre participar en la Europa League (actual) y la lucrativa Champions League (año previo).
El beneficio operativo se desplomó de £27.5 millones a tan solo £3.1 millones en el mismo periodo. Estas cifras son el resultado directo de un rendimiento deportivo que, según un análisis de Twenty First Group para The Times, situó al Manchester United con un déficit de 33 puntos respecto a lo esperado por su inversión, marcando la peor relación calidad-precio de la era Premier League para un club inglés.
La pesada herencia Glazer y la llegada de INEOS
Es imposible analizar la situación actual sin considerar la gestión de la familia Glazer. Desde su adquisición apalancada, el club ha cargado con una deuda significativa, y los intereses acumulados ya superan los £1,000 millones. Este es dinero que, en gran medida, no se ha reinvertido en fortalecer la plantilla o modernizar infraestructuras al ritmo de sus competidores más exitosos. Las pérdidas acumuladas superan los £300 millones en los últimos tres años , y la deuda neta del club sigue siendo una preocupación constante.
En este panorama sombrío irrumpe INEOS, con Sir Jim Ratcliffe tomando el control operativo. Su llegada ha sido recibida con una mezcla de esperanza y cautela. La promesa de una gestión más profesional y enfocada en el éxito deportivo es atractiva, pero las primeras señales apuntan a una «reducción draconiana de costos». La inyección de £80 millones en efectivo por parte de INEOS y los £14.5 millones en costos excepcionales para cubrir la salida del anterior cuerpo técnico encabezado por Erik ten Hag son movimientos iniciales, pero la estrategia a largo plazo es lo que definirá su éxito.
¿Austeridad para competir o para sanear? El dilema de INEOS
La nueva directiva, con Omar Berrada como CEO, enfrenta el monumental desafío de reestructurar las finanzas sin sacrificar la ambición deportiva. La posible venta de jugadores de alto valor, incluyendo canteranos o figuras populares como Marcus Rashford y Alejandro Garnacho, se baraja como una vía para cumplir con las regulaciones de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR) de la Premier League y generar fondos para una reinversión estratégica. Sin embargo, esta política de «vender para comprar» puede ser difícil de aceptar para una afición acostumbrada a la opulencia y a la persecución de los mejores talentos del mundo.
El experto en finanzas del fútbol Kieran Maguire sugiere que, a pesar de las pérdidas, el Manchester United, por la fuerza de su marca global, aún puede operar con cierta flexibilidad bajo las reglas del PSR, especialmente si INEOS implementa recortes de costos efectivos.
La clave estará en la inteligencia de sus futuras inversiones y en la capacidad de la nueva estructura deportiva para identificar talento que ofrezca un mejor rendimiento por cada libra invertida, revirtiendo la desastrosa tendencia actual.
El riesgo de caer en una mediocridad sostenida es real. Si el Manchester United no logra revertir este ciclo de fracaso deportivo y tensión financiera, podría perder su atractivo para jugadores de élite y patrocinadores globales, un destino que otros gigantes europeos han sufrido en el pasado.
La presión sobre INEOS y la nueva dirección deportiva es inmensa; no solo deben sanear las cuentas, sino restaurar la identidad y la mística de un club que parece haber perdido el rumbo. El proyecto de un futuro estadio revitalizado, mencionado por Berrada, podría ser un símbolo de esta reconstrucción, pero los cimientos deben ser sólidos tanto en el campo como en las oficinas.
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