domingo, diciembre 21, 2025

La «trampa de la visa»: Atletas mexicanos, víctimas de un sueño americano roto

El sueño americano se ha convertido en una pesadilla burocrática para numerosos atletas mexicanos. Las políticas migratorias de Donald Trump han desatado una «trampa de la visa» que está frenando carreras y destrozando aspiraciones.

La nueva realidad: Restricciones migratorias que golpean al deporte

El acceso de atletas extranjeros a competencias en Estados Unidos se ha vuelto un laberinto burocrático, con restricciones cada vez más severas en la adquisición de visas.

Los controles migratorios, intensificados en aeropuertos y fronteras a raíz de las políticas de Donald Trump, han generado un clima de incertidumbre que afecta directamente a equipos y entrenadores que viajan con frecuencia para eventos deportivos.

Esta nueva realidad, aunque formalmente ajena al ámbito deportivo, tiene un impacto devastador en la movilidad de los atletas, limitando su participación en torneos internacionales y, en consecuencia, frenando su desarrollo profesional y económico. Lo que antes era un trámite, ahora se ha convertido en una barrera que pone en riesgo carreras enteras.

Casos concretos: Boxeadores, taekwondoínes y futbolistas afectados

La «trampa de la visa» ha cobrado víctimas concretas en el deporte mexicano. En el boxeo, el entrenador Martín Reyes Armenta confirmó que cuatro pugilistas mexicanos fueron regresados en la frontera, con sus visas canceladas.

La razón esgrimida fue que el motivo declarado de su viaje no coincidía con sus actividades reales. La recomendación desde su gimnasio en Phoenix es clara y alarmante: evitar portar equipo deportivo, ropa oficial o material promocional, para no levantar sospechas.

El taekwondo también ha sido afectado. Meisam Rafiei, un competidor de origen iraní, fue detenido por inmigración en el Open Taekwondo Championship de Las Vegas, y su entrada solo fue permitida tras la intervención del comité organizador. La campeona latina Jenny Quezada relató el incidente y cuestionó la falta de «lineamientos claros» para los atletas visitantes.

Caso de Carlos Moreno

Incluso el fútbol, el deporte rey, ha sentido el impacto. El portero Carlos Moreno, convocado a la Selección Mexicana para un partido contra Canadá en la CONCACAF Nations League, vio su vuelo a California en riesgo debido a un problema de visa expirada, lo que retrasó su incorporación al equipo. Estos casos son solo la punta del iceberg de un problema sistémico.

El problema raíz: Visas de turismo vs. visas de trabajo

El quid del problema radica en la discrepancia entre el tipo de visa que los atletas poseen y el propósito real de su visita. La visa P-1B es el permiso adecuado para atletas reconocidos internacionalmente que buscan competir en Estados Unidos.

Sin embargo, muchos atletas, especialmente los de menor perfil o aquellos que buscan «foguearse» en torneos amateurs, han estado utilizando visas de turismo o negocios (B-1/B-2), las cuales son válidas solo si no hay compensación económica de por medio.

Las autoridades migratorias estadounidenses han intensificado su escrutinio, negando la entrada cuando sospechan que el propósito del viaje es participar en torneos o peleas sin la documentación correcta.

Una situación que genera incertidumbre

Las consecuencias de esta disparidad son severas: negación de entrada al país, cancelación inmediata de documentos de viaje existentes y, en algunos casos, prohibiciones de ingreso que pueden extenderse hasta por cinco años.

Esta situación genera una enorme incertidumbre para equipos y entrenadores, quienes ahora deben navegar un sistema migratorio cada vez más hostil. La vulnerabilidad es particularmente aguda para los atletas amateurs, que a menudo carecen de los recursos o el conocimiento para obtener visas de trabajo, dependiendo de permisos de turismo que los dejan a merced de las inspecciones migratorias.

La hipocresía del sistema y el costo oculto para el deporte

 Estados Unidos se posiciona como un mercado deportivo gigante y es anfitrión de innumerables eventos de talla mundial. Sin embargo, sus políticas migratorias están penalizando de forma desproporcionada a atletas que, en muchos casos, solo buscan desarrollarse, foguearse o competir a un nivel amateur.

Se busca el espectáculo y el talento global, pero al mismo tiempo se cierran las puertas a quienes alimentan la base de ese mismo espectáculo. La brecha entre los atletas de élite, que cuentan con los recursos para obtener visas de trabajo y el apoyo legal necesario, y los atletas amateurs, que dependen de permisos de turismo, es un reflejo de una desigualdad sistémica.

Empobrece la competencia

Esta «trampa de la visa» no solo afecta a los atletas individualmente, sino que empobrece la calidad y la diversidad de las competencias en EE. UU. Al cerrar las puertas a talentos emergentes y limitar la participación internacional, se restringe el desarrollo deportivo y se pierde la oportunidad de descubrir y nutrir a futuras estrellas.

A largo plazo, esta política podría dañar el propio ecosistema deportivo estadounidense, limitando su capacidad para atraer y retener el mejor talento global.

El negocio detrás de la burocracia y la explotación de la necesidad

La complejidad de los contratos deportivos y los desafíos legales inherentes al mundo del deporte se extienden ahora a la intrincada burocracia migratoria. La imperiosa necesidad de los atletas de competir en Estados Unidos ha creado un nicho de mercado para abogados especializados en derecho deportivo y migratorio, pero también ha expuesto a los atletas a la explotación y al riesgo de perder años cruciales de sus carreras por un simple tecnicismo.

Las «recomendaciones» de no llevar equipo deportivo o ropa oficial al cruzar la frontera son un síntoma preocupante de un sistema que, en la práctica, criminaliza la actividad deportiva legítima si no se encaja en la casilla burocrática correcta.

El deporte no es solo glamour

Este escándalo migratorio es un recordatorio contundente de que el deporte profesional no es solo glamour y grandes salarios, sino un negocio con complejas barreras de entrada.

La «trampa de la visa» es, en esencia, una forma de control y, en última instancia, una barrera económica para aquellos atletas que carecen de los recursos o el conocimiento especializado para navegar el sistema.

El «sueño americano» se transforma así en una pesadilla burocrática que deja a los atletas en la indefensión, con sus carreras en juego por un sello en un pasaporte. Es un juicio sobre la accesibilidad y la equidad en el deporte global.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
VER MÁS
- Advertisment -

RELACIONADOS

TE PODRÍA INTERESAR