Un inicio épico para el Mundial que vuelve a México

Sheinbaum, Donald Trump y Mark Carney se reunieron en el escenario del Kennedy Center para dar arranque oficial al evento que definirá los grupos del torneo que marcará un antes y un después en la historia del futbol.

La presidenta de México no solo participó en la ceremonia, sino que encendió el ánimo del público al exclamar con fuerza un “¡Viva México!”, en el momento en que sacó el nombre de la Selección Mexicana, la cual quedó ubicada en el Grupo A. Su intervención fue celebrada como un mensaje de orgullo nacional y de bienvenida a millones de aficionados que llegarán al país durante el campeonato.

Sheinbaum destaca la historia futbolera mexicana

Sheinbaum aprovechó su intervención para resaltar el papel histórico de México en el futbol. Recordó que esta será la tercera vez que el país recibe una Copa del Mundo y destacó la tradición deportiva que se remonta incluso a los juegos de pelota prehispánicos, parte fundamental de la identidad cultural mexicana.

La mandataria subrayó que México no solo es un país sede, sino un destino vibrante con un pueblo trabajador, hospitalario y preparado para recibir a los visitantes. Sus palabras reforzaron la narrativa de una nación lista para vivir un evento global que dejará un impacto cultural, turístico y económico significativo.

Trump reconoce la evolución del futbol en Norteamérica

Durante la ceremonia, el presidente Donald Trump compartió una reflexión extensa sobre el crecimiento del futbol en su país. Recordó cuando vio a Pelé jugar en el club Cosmos y cómo eso marcó una era distinta para el deporte en Estados Unidos.

Trump señaló que el futbol ha evolucionado al punto de competir con otros deportes tradicionales del país, y destacó que millones de boletos ya se han vendido antes del inicio oficial del torneo. Para él, este Mundial simboliza un avance histórico y una oportunidad para consolidar el futbol como parte esencial de la cultura estadounidense.

Infantino celebra la unión de tres países sede

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, fue el encargado de dar la bienvenida a los líderes presentes. En español reconoció la participación de Sheinbaum y celebró la colaboración inédita entre México, Estados Unidos y Canadá, que compartirán la organización del primer Mundial en tres naciones, con 16 ciudades sede y 48 selecciones clasificadas.

Infantino destacó que este torneo será más que una competencia deportiva: será un encuentro global sin precedentes, capaz de reunir a millones de aficionados y generar un intercambio cultural sin comparación.

México presume sus sedes y liderazgo regional

Junto a Sheinbaum asistieron varias figuras políticas que representan a las ciudades mexicanas sede. Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México, estuvo presente para respaldar la importancia del Estadio Azteca—ahora renombrado Banorte—que se convertirá en el primer estadio en la historia en albergar tres Mundiales.

También asistieron Samuel García, gobernador de Nuevo León, y Pablo Lemus, gobernador de Jalisco, estados donde se ubican las otras dos sedes mexicanas: Monterrey y Guadalajara. Con su presencia, México dejó claro que la organización del torneo es un proyecto nacional que involucra a varios niveles de gobierno.

Un espectáculo musical que acompañó la ceremonia

El ambiente hollywoodense del sorteo se coronó con un número musical encabezado por Robbie Williams y Nicole Scherzinger, quienes interpretaron “Desire”, el nuevo himno oficial de la FIFA presentado previamente en el Mundial de Clubes.

Su presentación aportó energía y espectáculo a un evento que no solo definió los grupos del torneo, sino que marcó el inicio oficial del camino hacia el Mundial más grande e inclusivo de la historia.

Un arranque mundialista que fortalece la imagen de México

Con su participación en el sorteo, Sheinbaum proyectó una imagen de liderazgo y orgullo nacional que resonó entre los presentes y en la audiencia global. El Mundial 2026 será una oportunidad única para mostrar la grandeza cultural de México y su capacidad para formar parte de un evento deportivo de talla histórica.